Artículos publicados en La Opinión A Coruña

Sunday, October 30, 2005

José Ramón Fernández Antonio: “Mantenemos abierta la posibilidad de crear una nueva modalidad de juego"

© Jorge Leal

El conselleiro de Economía del Gobierno bipartito es un economista vigués de 52 años fichado para la política gallega por el presidente de la Xunta directamente desde la nómina de directivos de Auna. José Ramón Fernández Antonio no lo duda: el proyecto de presupuestos para 2006 es el del cambio y no una simple transición entre dos modelos. Por eso, entre otras cosas, enfatiza, incluye un registro público de ayudas, subvenciones y convenios, se publican los fondos destinados a las entidades locales y se obliga a justificar las modificaciones de crédito, todo ello sin necesidad del “cajón de sastre” de la antigua ley de acompañamiento

“Son los presupuestos del cambio”, afirma sin reservas, porque “incorporan los objetivos que figuran en el discurso de investidura del presidente y en el programa de Gobierno.
–Pero Fraga dejó comprometidos hasta 2009 3.800 millones que equivalen a un tercio de un presupuesto anual ordinario.
–Sí… De todas maneras nosotros hemos puesto el acento en ser más eficientes y en incluir, en el presupuesto del año 2006, los objetivos del programa de Gobierno y del discurso de investidura del presidente del Gobierno. Los definimos como los presupuestos del cambio, de la innovación, del crecimiento, de la educación, el empleo y el compromiso social.
–¿Cómo se explica que haya 450 millones de fondos europeos pendientes de cobro?¿Cómo es posible que no se sepa su origen ni, lo que es más grave, su grado de cobrabilidad?
–Yo creo que las normas contables están para cumplirse, como cualquier otra norma. Y en el tema del rigor presupuestario sin ninguna duda se deben de cumplir. Lo que ha pasado con la rendición de cuentas del Gobierno anterior es que no se respetaban las normas de contabilidad pública y se generaban una serie de ajustes en el remanente de tesorería que desfiguraban la cifra que sale aplicando los criterios contables públicos. La contabilidad actual no permite conocer la antigüedad de los saldos pendientes de cobro y, por lo tanto, nosotros queremos incorporar rigor y claridad para saber qué antigüedad tienen y qué grado de cobrabilidad tienen esos saldos. Lo que existe es una incertidumbre respecto a la cobrabilidad de los saldos, lo que no quiere decir que no sean cobrables.
–¿Se resolverá esa incertidumbre con la investigación que han anunciado?
–Hemos querido que sea una comisión de expertos la que dictamine sobre la situación de las cuentas. Nosotros no queremos centrarnos en el análisis del pasado, creemos que es mucho más importante que una comisión técnica, de expertos independientes, nos dé una imagen fiel de la situación económico-financiera de la Xunta. No sólo de la situación a 31 de diciembre de 2004 sino también del año 2005. Por lo tanto hemos fijado un informe previo a principios del año 2006 y el informe definitivo en el mes de abril.
–Dice usted que la economía gallega crece, pero no lo suficiente. En 2006 quieren variar la tendencia duplicando la creación de empleo y convergiendo con Europa y España. ¿Cuál es la previsión para la legislatura?
–Hay un compromiso de Gobierno de crear 140.000 puestos de trabajo a lo largo de la legislatura y es un compromiso firme. Lo que hemos hecho este año es concretar ese objetivo con el presupuesto 2006. Galicia tiene un problema importante de empleo —lo hemos señalado insistentemente— que está vinculado al crecimiento económico. La participación gallega en el empleo español ha descendido en los últimos años: estaba en un 7,3% en el año 96 y es un 6% en el 2004; hemos perdido 1,3 puntos. La tasa de paro, relacionada con lo anterior, que en el 96 estaba en Galicia por debajo de la española, se ha invertido y en este momento la gallega (el 11,1%) rebasa la de España, que es del 9,3. Tenemos un objetivo de que la tasa de paro disminuya un 10% a lo largo de 2006 y se sitúe en un 10%.
–Si estos años perdimos peso en el PIB y no creamos empleo suficiente, ¿hemos dilapidado los fondos europeos? ¿Qué hemos hecho mal?
A mí no me gusta insistir en el pasado. Prefiero decir que queremos cambiar la tendencia, crecer más, crecer mejor, utilizar mejor los fondos comunitarios, y yo creo que en ese sentido hay todos unos objetivos que hemos señalado y que quizá no es malo en este momento recordar. El primero es el de la modernización económica y el crecimiento. En relación con ese objetivo insistimos en la sociedad de la información, en la investigación, el desarrollo y la innovación, planteamos como un tema fundamental la apuesta por la educación y la formación de capital humano —que está relacionado con el anterior y con los nuevos sectores económicos que cada vez más demandan mano de obra o trabajadores con buen nivel formativo—, insistimos en centrar esfuerzos en infraestructuras vinculadas básicamente a los principales cuellos de botella y tenemos una cantidad importante de ayudas a la modernización de las empresas. Nos parece que esa dinamización económica va a ser un elemento fundamental para el desarrollo económico y muy especialmente para la creación de empleo, que es el otro objetivo fundamental de los presupuestos. Crecimiento económico, convergencia con España y con Europa, creación de empleo y políticas sociales vinculadas a la mejora de la sanidad.Y al lado de ese crecimiento económico y estos temas vinculados al empleo y a la sanidad, le damos una gran importancia al resto de las políticas sociales. Y, por último, hay un objetivo vinculado al reequilibrio territorial, a asegurar que no se generan dos Galicias a velocidades distintas, sino que la Galicia interior, con menos desarrollo económico, tiene también una atención dentro de los presupuestos y en las actuaciones de la administración.
–Aunque usted sea optimista, lo cierto es que el retraso del presupuesto de la UE nos condena a quedar fuera del futuro de los fondos europeos.
–El nuevo marco financiero para el periodo 2007-2013 está pendiente de elaboración. Nosotros pensamos que es posible que ese marco se prefigure antes de que finalice este año y, en todo caso, nosotros —y a través de la administración central— vamos a tratar de defender la posición de Galicia para que se mantenga dentro del Objetivo 1. Y hay otro tema muy importante, que nos parece clave, que es que hay determinado tipo de políticas de ayuda en la Unión Europea, más vinculadas a sectores de futuro y de innovación, en cuya búsqueda Galicia debe de ser más eficiente, tanto en su creación como en su gestión. Eso nos permitirá obtener más recursos y poner el acento en ayudas al crecimiento económico y al apoyo a sectores de futuro. Estoy pensando en todos los temas de innovación, de investigación y desarrollo, de telecomunicaciones. Hay ejemplos europeos muy importantes —se cita muchas veces Irlanda— que han utilizado los fondos europeos como una palanca para el crecimiento económico, cosa que desgraciadamente en Galicia no se ha hecho en los últimos años. Se ha disfrutado de muchos recursos, pero eso no ha sido una palanca que haya permitido incrementar el crecimiento. Es muy importante la cuantía, pero es muy importante el destino de los fondos y que sirvan como palanca de desarrollo.
–Atrévase a anticipar, en términos de convergencia, desempleo e inversión en I+D, la situación de Galicia en 2010, cuando haya que hacer balance de la agenda de Lisboa.
–La agenda de Lisboa lo que plantea es una Europa a la cabeza del mundo en crecimiento y productividad, basada en la sociedad de la información y del conocimiento. Hoy Galicia se encuentra retrasada en ese terreno y, cuando hablamos de convergencia y de impulso de los sectores tecnológicos y de la educación, estamos pensando en que Galicia se sitúe en esa dinámica de ir más deprisa para ganar puestos en el ranking europeo.
–No han tocado la fiscalidad. ¿Les gusta el modelo del PP o lo dejan para otro momento?
–Hay todo un debate abierto a partir de la Conferencia de Presidentes acerca del modelo de financiación autonómica en el que Galicia va a estar. Ya lo ha estado con el modelo de financiación sanitaria, en un papel de liderazgo defendiendo sus intereses. Y ahí defendemos un marco multilateral de revisión del modelo. Es a la luz de esas discusiones que tenemos que entrar a la revisión de las diferentes figuras tributarias, cada una de las cuales deberá tener en su caso una revisión específica.
–Se lo preguntaba más por el margen de maniobra que la Xunta ya tiene, por ejemplo, para fijar desgravaciones en el tramo gallego de IRPF.
–En este momento no tenemos previsto ningún cambio en ese marco y además yo creo que es bueno que ese tipo de actuaciones se hagan conociendo lo que hacen otras comunidades. Estamos hablando de un marco en el que no es neutral las posiciones de cada una de las autonomías.
–¿Cómo van a atender a los transportistas para que no paguen el céntimo sanitario?
–Es una negociación que ha llevado la administración central. Hace unos días se cerró un compromiso para elaborar una nueva ley del impuesto de hidrocarburos. La nueva ley está previsto que incorpore un nuevo apartado para el gasóleo con destinos profesionales y mientras esa ley no esté elaborada ninguna comunidad tiene capacidad para incidir en ese impuesto. De manera que tendremos que esperar a esa ley y en el momento en que esté aprobada tomaremos las decisiones oportunas.
–Sus antecesores impulsaron una nueva modalidad de juego aún por desarrollar.
–En la ley de presupuestos mantenemos abierta esa posibilidad.
–Pero sin una previsión de puesta en marcha...
El presupuesto tiene un carácter de pre-supuesto (sonríe) y hemos dejado esa posibilidad abierta para el ejercicio que viene.
–Antes criticaban las autovías en régimen de concesión, ahora las asumen. ¿Cómo
explicarlo?
—Tenemos que construir sobre lo que ya existe. Por lo tanto, en este tema, nuestra política tiene que partir de la situación actual. Yo creo que es muy discutible que en vías de carácter estatal se haya entrado en una inversión desde la comunidad autónoma con fórmulas como las que se han utilizado, pero en todo caso son proyectos en marcha y yo creo que lo que debemos de hacer es terminarlos.
–¿Tiene sentido subvencionar peajes y líneas férreas deficitarias?
–Esto nos lleva a la discusión sobre los servicios públicos y los derechos. El sector de transportes es un servicio público, yo lo concibo así, y tiene que haber una actuación igualitaria y de servicios básicos. Yo creo que el derecho a la movilidad, el derecho al transporte, tiene que ser garantizado. Desde esa perspectiva, pues claro que puede haber líneas que desde el punto de vista comercial no sean rentables pero que se deba asegurar la movilidad de los ciudadanos.
–Usted formó parte de la comisión de expertos sobre el futuro del ferrocarril en España. ¿Se van a cumplir los plazos?
–Desconozco en detalle cómo está la ejecución de los proyectos, pero hay un elemento básico: desde que se decide hacer algo hasta que se empieza pasan unos plazos mínimos. Había un gran retraso en muchos proyectos por parte de la administración anterior y yo creo que el Gobierno central, ya desde el año 2004, ha iniciado un proceso de acelerar esas actuaciones, pero todavía en algunos de ellas es muy difícil que las cuantías importantes de inversión se puedan concretar. Esto es lo que explica que muchas veces parezcan cuantías pequeñas en los primeros años.
–¿El Estatuto catalán perjudica a Galicia?
–El Estatuto catalán plantea un esquema bilateral de negociación de la financiación. Yo personalmente creo que es mucho más lógico, en un esquema como es el Estado autonómico en España, tener unos mecanismos multilaterales de negociación de la financiación, y esa es la posición que voy a defender.
–Su vicepresidente [Anxo Quintana] no está de acuerdo. Él cree que ese modelo debería reivindicarse para Galicia.
–Yo insisto en que la mejor manera de abordar el tema de la financiación es sentados en una mesa junto a las comunidades autónomas. En función del grado de dinamismo económico y de riqueza debes de asegurar siempre la solidaridad como un elemento que asegure un nivel de prestación homogéneo de los servicios.
–¿Qué le parece entonces que diga que “debemos aprovechar la propuesta gallega para derribar la idea de que Galicia necesita de la caridad del Estado”?
–No estamos hablando de caridad, sino que para mí el criterio fundamental es la solidaridad y, en ese sentido, el papel del Estado, igual que le estamos pidiendo a la Unión Europea, es de reequilibrio territorial. Igual que lo estamos defendiendo para Galicia cuando hablamos de una política de reequilibrio para que no haya una Galicia de dos velocidades.
–Cuando mira a otros territorios, ¿en quién se fija más? ¿Cuál sería el modelo a seguir?
–El modelo es el modelo gallego. Nosotros tenemos nuestra propia realidad y tiene que ser un modelo de crecimiento sostenible, basado en nuestras propias peculiaridades. Está comprobado que es fundamental el incremento de la productividad como un elemento de aumento de la competitividad y, por lo tanto, de aumento de la posición económica de una región.Y quizá, como un elemento básico también, el desarrollo de una mentalidad de riesgo, una mentalidad emprendedora, que creo que es un elemento a incentivar.
–Dice usted que el mayor riesgo de una sociedad es carecer de personas capaces de tomar riesgos. ¿Eso es un tirón de orejas a los empresarios?
–Es tratar de animar a todo el mundo a que es fundamental generar nuevas actividades y perderle el miedo al fracaso. No pasa nada. En una sociedad más dinámica muchas veces asumir riesgos es muy importante; saber, cuando uno se cae, levantarse y continuar. Y probablemente la seguridad en si mismos: empezar los proyectos fáciles como si fueran difíciles y los difíciles como si fueran fáciles.
–Deben entonces intentarlo de nuevo las empresas que fracasaron en la operación Fenosa?
–Hablamos de empresarios, estoy absolutamente convencido y ya lo están haciendo, con el suficiente dinamismo y seguridad en sí mismos para seguir persiguiendo nuevos proyectos. Y por otra parte hoy los accionistas gallegos en Unión Fenosa tienen un peso relevante y lo van a seguir teniendo en el futuro.
–¿Cree en la fusión de las cajas gallegas a medio o largo plazo?
–Es viable y necesaria la actuación conjunta de las instituciones financieras gallegas apoyando proyectos clave para la comunidad. Esa línea de cooperación, de búsqueda de sinergias, de multiplicar los esfuerzos sumando voluntades, no de manera abstracta, en la colaboración en proyectos concretos es la línea en que hay que avanzar.

Wednesday, October 26, 2005

María José Caride: “No excluyo el uso de la dinamita para reponer la legalidad urbanística”

© Tucho Valdés

El hecho de que una mujer dirija la Consellería más influyente de la Xunta y que además carezca de peso orgánico dentro de su partido, en claro contraste con sus predecesores, José Cuiña o Núñez Feijóo, es toda una declaración de intenciones. Y ella es muy consciente: “Hay intención de que el peso político de la Xunta no recaiga sobre esta Consellería”. Y exclama: “¡Ya era hora de que el titular fuera una mujer! Y en un puesto de primera línea”, lo que no siempre ha ocurrido en el pasado. “Con este Gobierno hay un cambio relevante: varias mujeres ocupan consellerías complicadas, las que más recursos públicos consumen”


–Usted debe ser consciente de que el control de las excavadoras da mucho poder y, sobre todo, mucha influencia.
–Por supuesto. Esta Consellería ha tenido mucha influencia territorial, ha tratado de influir mucho. Los alcaldes lo que están pidiendo son obras, por eso si utilizas esta Consellería como una plataforma para hacer actuaciones claro que tiene mucho peso político. Lo que intentamos es hacer que parte de ese peso político deje de ser tan enfatizado en la dirección general de Obras Públicas.
–Viene usted de la Universidad y ya se lo están reprochando. Dicen que prefiere la reflexión a la acción. Desmiéntalo.
–En el Parlamento criticaron que tuviese una visión muy de estar dando clase, de estar estudiando las cosas y no hacerlas. Pero a esta Consellería lo que le ha faltado es reflexión. Es muy fácil tratar de actuar de forma directa, atendiendo a la petición concreta de un determinado territorio. Pero yo creo que hay una visión de conjunto que no se debe perder, no solamente del conjunto de las inversiones que hace la Xunta de Galicia, sino de todo lo que se está haciendo en Galicia, de las inversiones que hace Fomento, de cómo está la red de carreteras de las diputaciones, de los Ayuntamientos… Hay una visión de conjunto que en buena medida tiene que ver con cuál es el modelo territorial que queremos. Y esa es la gran asignatura pendiente de esta Consellería: no haber sabido determinar cuál era el modelo territorial que queríamos para Galicia, el modelo de país. Y ese es uno de nuestros retos.
–Quiero ahora que me diga, de verdad, si está en condiciones de mantener las promesas que hicieron sus antecesores. Dígame que en 2009 será posible viajar de A Coruña a Madrid en tren en 2 horas y 48 minutos.
–Bueno, yo no sé si en el año 2009 es posible, probablemente en el 2010 esperemos que sí. De hecho, desde la Xunta lo que vamos a hacer es tratar de poner todos nuestros esfuerzos para que el Ministerio de Fomento haga todo lo posible para que eso sea una realidad.Ojalá que sea en el 2010.
–Porque para el Eje Atlántico el plazo es menor. ¿Será posible que en 2007 podamos ir de A Coruña a Vigo en 49 minutos y de A Coruña a Santiago en 20?
–En ese caso, como en el otro, aunque la obra de infraestructura está mucho más adelantada —el Eje Atlántico finalizará mucho antes que la conexión en alta velocidad— lo cierto es que ha contado con algunos problemas de tramitación. Algunos de esos problemas están relacionados con la complejidad de las zonas por las que pasan, en concreto se concentran en la parte sur.
–El año que viene presentará un nuevo plan de infraestructuras. ¿Estamos llegando al final de las grandes infraestructuras públicas o de ese plan cabe esperar grandes anuncios?
–Cualquiera que recorra Galicia se da cuenta de que en los últimos años la mejora de las infraestructuras ha sido notable. En el eje atlántico, que soporta el 70% de la actividad económica de Galicia, a medio plazo probablemente habrá que buscar alternativas de trazado. Nos quedan todavía muchas cosas por hacer.
–¿En qué está pensando para el eje atlántico? ¿En autovías? ¿En ampliar la autopista?
–Podemos pensar en autovías diferentes… Yo estoy hablando de una hipótesis; espero que el plan de infraestructuras nos ayuda a delimitar por dónde deberíamos ir. Pensando en el tráfico que hoy en día tienen estas infraestructuras creo que es bueno tener encima de la mesa, como una idea de futuro, no como algo que vayamos a hacer dentro de tres o cuatro años, por dónde deberían ir las infraestructuras en el momento en el que las saturaciones de tráfico sean elevadas.
–¿Puede explicarme por qué son tan importantes las directrices de ordenación del territorio?
–Están llamadas a definir cómo se interrelacionan los distintos territorios según los movimientos socioeconómicos, culturales, que tiene la ciudadanía. No tiene sentido pensar que un municipio tiene un auditorio, un teatro, un museo, una piscina y el pueblo que esté al lado tiene que tener exactamente lo mismo.
–Ha prometió un plan para el litoral. ¿Queda margen para recuperar lo ya estropeado?
–Dar marcha atrás es tremendamente complicado. La reposición de la legalidad urbanística es compleja. Hay casos increíblemente duros y flagrantes donde yo creo que habría que intentar buscar algún tipo de medida, incluso ejemplarizante, que solucione alguno de los problemas que tiene nuestra costa. Cuando tenemos unas normas que hoy son unas, dentro de dos años se cambian, después se modifican, esto es complejo. Nosotros vamos a iniciar todos los pasos para crear la Agencia de Protección de la Legalidad Urbanística, que creemos que va a ser una herramienta muy importante que junto con los ayuntamientos nos va a permitir vigilar y sancionar los casos de infracción urbanística.
–En la reposición de la legalidad se me ocurren dos caminos. Cambiar la normativa para que el edificio ilegal deje de serlo, que es la fórmula habitual, y la otra es la dinamita… ¿Vamos a optar por la segunda?
–Yo no excluyo el uso de la dinamita; creo que hay algunos casos flagrantes donde además me parece que es bueno que el ciudadano perciba que hay algunas cosas por las que no podemos pasar. Si la solución es la demolición, porque eso incumple cualquier tipo de normativa, habrá que demoler.
–Cuantas expropiaciones tienen todavía sin pagar y cuándo lo van a resolver?
–Buena pregunta… Hay un volumen de expropiaciones que sí son un pequeño problema y que viene de bastante atrás, de antes del año 98. Esas son las que en este momento nos tienen más preocupados. Y nos podemos encontrar con bolsas importantes de expropiación que aquí en Galicia se centran en la autovía del Val Miñor. Hemos hablado con la Consellería de Economía para hacer un reconocimiento explícito de esa deuda y hacer un plan de saneamiento para pagarla lo antes posible.
–¿Qué van a a hacer para mejorar el transporte público?
–La estrategia inmediata es mejorar lo que tenemos, básicamente el transporte de autobuses. Un primer paso es hacer una revisión de las concesiones y la condición en que se prestan. Esto va a ser factible además porque en esta legislatura vencen muchas de las concesiones que ya existen, de manera que la renegociación de esas concesiones será más fácil y además todos estamos interesados, los usuarios y los concesionarios que tienen que cubrir servicios que no tiene ningún tráfico cuando el negocio está en otros sitios que quedan desatendidos por falta de operatividad de las líneas.
–¿Qué le parece la investigación abierta en torno al supuesto incumplimiento de la ley en la adjudicación del puerto exterior de A Coruña?
–Creo que hay que dejar que hablen otros en estos casos. A mí me parece que generar ruido sobre cuáles han sido las condiciones bajo las que los concursos se adjudican n o es lo más conveniente. En este caso, si existen indicios de que el proceso de adjudicación no ha sido el mas claro, no ha sido el mas correcto, lo que se debe hace es investigar y a mí me parece además la decisión correcta, investigarlo para tratar de determinar si realmente hubo algún comportamiento que no fuese el correcto o si por el contrario esto es una obra correctamente asignada. Con independencia de que el puerto exterior de A Coruña consuma muchos recursos públicos, y que por lo tanto parezca que hay que prestar más atención a este caso que a otros, creo que esto sería extensible a todas loas obras públicas. Hay que tener cuidado con las contrataciones y hay que mantener y respetar la legalidad en cualquier contexto.
–¿Cuándo y cómo van a acabar con el peaje de Rande y A Barcala?
–En ambos casos la problemática es un poquito diferente. En el caso de Rande existe una alternativa que se ha puesto encima de la mesa, que es crear una autovía alternativa al trazado de la autopista. Lo que queremos es que, además, esa autovía alternativa sirva como mecanismo para poder liberar de peaje el puente de Rande, que es lo que todos queremos. De hecho, el presidente del Gobierno hizo referencia, tanto para las Autopistas de Asturias como para la Autopista del Atlántico, a que se pondría en marcha alguna solución que permitiese rescatar la concesión en un periodo mas corto que el que actualmente tenemos, porque no nos olvidemos que la Autopista del Atlántico tiene un periodo concesional que va hasta el año 2048 y que los ingresos que obtiene la empresa cada año por la utilización de la autopista son tremendamente elevados. Rescatar la concesión es algo, en estos momentos, prácticamente imposible, pero estamos intentando dar pasos para negociar con la empresa alternativas que nos permitan que esa opción de tener Rande gratuito no tenga que esperar excesivamente.
–En A Barcala no quedaremos con el bonopeaje?
–En A Barcala llevamos unos años escuchando la necesidad de ampliar los carriles porque el tráfico de entrada es cada vez más denso... Vamos a ver, junto con Fomento, cual es la solución ideal. En principio lo que pensamos es en mantener el bonopeaje aunque no desmarcamos A Barcala de esa negociación que estamos intentando para Rande tanto con la concesionaria como con Fomento. Todo lo metemos en el mismo paquete.

José Luis Méndez Romeu: “Temos dificultades para cubrir os postos directivos”

© Tucho Valdés

Ao seu cargo ten algúns dos aspectos máis significativos do programa do novo Goberno: leis claves e proxectos emblemáticos como a nova policía autonómica de Galicia
Escoitándolle falar da herdanza que lles deixou o Goberno anterior, calquera diría que o van ter moi difícil para resolver os problemas que plantexa unha administración que suma arredor de 80.000 efectivos en emprego directo e bastantes miles como emprego indirecto.
–Temos, por exemplo, unha situación organizativa e salarial dos funcionarios manifestamente mellorable, dificultades para cubrir os postos directivos por ser unha estructura pouco competitiva con respecto a outras administracións, un número de persoas con contratos temporais e un conxunto de situacións de organización interna dos funcionarios que son protestadas a cotío polos propios sindicatos —con toda a razón— dado que non se corresponden cunha administración moderna. A carón disto temos problemas derivados de incorrectas contratacións, sobre todo das asistencias técnicas (hais un elevado número de empresas alleas á Administración que traballan dentro dela e que non sempre están suficientemente xustificadas) e temos tamén a evidencia de que a Administración, nos aspectos de infraestructuras, non está no nivel de modernización que debería. Por exemplo: dende o punto de vista da utilización da tecnoloxía informática, estamos moi pouco avanzados.
–Así que non lles vai chegar cunha lexislatura para arranxar a situación.
–A Administración é un monstruo difícil de cambiar. Nese sentido os cambios van a ser forzosamente lentos.
–Os socialistas pasaron anos denunciando a administración paralela. Cando van resolver esa situación?
–A Consellería de Economía está estudiando o problema do conxunto de empresas e organismos autónomos, que son arredor de medio centenar, para estudiar unha estratexia que ao longo do ano 2006 permita tomar decisións sobre datos e non só sobre xuízos apriorísticos. É evidente que as sociedades anónimas de titularidade pública teñen que ter un carácter de empresa e, se non o teñen (e o máis evidente é a súa conta de resultados), non se poden chamar empresas. Os organismos autónomos teñen distinto carácter: hainos estrictamente administrativos que buscan ter unha mayor axilidade, hainos de carácter autónomo en razón dos sectores aos que atenden... Todo este mundo cremos que ten que ser reordenado tanto dende o punto de vista xurídico como dende o punto de vista do emprego e de eficiencia. Ese ten que ser o obxectivo do primeiro ano de goberno.
–Cabe esperar unha reducción do número destas entidades?
–A censura que fixemos ata agora é polo excesivo número de organismos. Polo tanto, parece que calquera intento de racionalización debería producir un número menor.
–Pasou dun lado ao outro da mesa de negociación de transferencias. Que temos pendente?
–Realmente, competencias pendentes de transferencia a Galicia quedan moi poucas e case todas con carácter moi secundario. Quedan aspectos relacionados coa formación continua, co parque das illas atlánticas, co Instituo Social da Mariña, co seguro escolar e poucas cosas máis. E logo algunhas cuestións que se poden considerar de distinto xeito no momento en que son acordos entre admnistracións. Por exemplo, a xestión dos portos de interés do Estado, que neste momento xa teñen direccións nomeadas polo Goberno autonómico, donde probablemente se poden dar avances importantes con outro tipo de normativa.
–De verdade necesitan os cidadáns unha reforma do Estatuto de Autonomía?
–Esa é unha boa pregunta. E probablemente, se se fai unha enquisa na rúa os resultados de apoio non serían superiores aos que tivo o Estatuto vixente. A reforma é un debate exclusivamente da vida política. Os cambios que poida producir non van incidir directamente e con carácter inmediato nos cidadáns. Van millorar a articulación das decisións do Goberno galego coas do Goberno do Estado, poden mellorar algunhas liñas difusas no exercicio das competencias que hoxe existen e que os cidadáns si que ás veces sufren, e pode mellorar a capacidade do Goberno galego para tomar decisións axustadas ás necesidades do país. Nada disto vai significar nin o cambio radical que significou o Estatuto de 1980 con respecto á etapa anterior, do Estado centralista, nin un cambio apreciable nos poderes autonómicos de Galicia.
–Tan ameazada está a bandeira española que hai que facerlle homenaxes?
–Creo que o que se ten plantrexado por parte do alcalde da Coruña non é unha reacción frente a unha ameaza senon máis ben unha reafirmación duns valores comúns que son os que defende a Constitución de 1978 (por certo: a Constitución de máis longa vixencia na historia de España) e que son os da convivencia, do respeto mutuo e do pluralismo. E creo que o feito de que sexa o señor Vázquez o que o faga ten un significado engadido que é o recoñecemento dunha figura, dunha persoa de inequívoca traxectoria constitucionalista, de inequívoca defensa dese patrimonio común que significou a Constitución —o que alomenos debe merecer o respeto de todos os cidadáns demócratas—. Que haxa cidadáns que teñan unha idea diferente de cómo debe ser a convivencia non me parece motivo para unha manifestación violenta.
–É que hai quen pensa que o que de verdade está ameazado é a identidade galega da Coruña.
–Eu nunca notei que na Coruña houbese nunca un problema de falta de identidade galega. O que é cidadán coruñés síntese fondamente coruñés, absolutamente galego e inequívocamente español.E creo que teño certa experiencia como veciño desda cidade para falar no nome de moitas persoas.
–Haberá reforma electoral sen o PP?
–Eu creo que é convinte que a reforma da Lei Electoral, como en xeral as normas de carácter xeral, teña o máximo consenso posible, porque é o que garantiza que dure no tempo. A última reforma foi imposta unilateralmente polo Partido Popular e creo que foi un erro. Creo que ó final se chegará a un punto de acordo que faga posible modernizar unha norma que quedou anticuada nalgunhas das súas formulacións.
–Está claro no caso do voto emigrante, suficientemente debatido no que atinxe á representación por provincias pero, por que habería que modificala lei para variar a porcentaxe de voto que dá acceso ao Parlamento?
–Probablemente hoxe ese debate en Galicia sexa bastante teórico porque a cuarta forza en Galicia en termos electorais está moi lonxe non xa do cinco [por cento do voto emitido] senon mesmo do tres. E non parece que iso vaia cambiar no futuro. Eu creo que o debate se produce sobre a necesidade de manter un umbral que ten reducido a vida política galega a só tres forzas. Eso ten sen dúbida vantaxes pero ten tamén algúns inconvintes. É evidente que no momento actual só caben dous tipos de goberno posibles e que o arco parlamentario galego é reducido. Non é un problema que debamos considerar como prioritario pero aproveitando a reforma evidentemente todas as cuestións deben ser sometidas a debate. E ista é unha cuestión que, probablemente, se non a curto prazo si a medio, podería permitir que algún sector de cidadáns puidera atopar unha forma de representación política.
–Por que acabar coa inelixibilidade dos alcaldes?
–En realidade a pregunta sería por qué mantela, cal é a vantaxe de manter unha inelixibilidade que priva ao Parlamento do concurso de persoas con experiencia na xestión, con experiencia no liderazgo e que podería enriquecer o Parlamento, sen perxuízo de que houbese logo unha incompatibilidade de facto.
–O presidente tense amosado favorable á limitación de mandatos. Debería regularse nesa lei?
–Pódese regular ahí, pero o lugar ideal sería a lei da Xunta e do seu Presidente, que probablemente tamén deberá ser obxecto dunha modernización logo de vinte anos de vixencia. É un compromiso persoal expresado polo señor Touriño e que terá que ser transformado nalgún tipo de compromiso formal para que poida ter eficacia no futuro.
–Dependen da súa Consellería tres das leis nas que descansa a representación máis evidente do cambio: transparencia, subvencións e publicidade. Haberá algun gran proxecto lexislativo este ano, ademáis dos presupostos?
–Vamos a tratar de que a lei de transparencia esté no Parlamento este ano, no 2005, e as outras dúas a principios de 2006. O procedemento de elaboración das leis é moi lento, necesita moitos informes preceptivos. É difícil que de aquí a decembro teñamos a capacidade de levar proxectos de lei complexos que sen embargo estamos redactando, dende una lei de policía autonómica ata una lei de réxime local.
–Para cando os medios precisos para acabar co atasco xudicial?
–O atasco judicial é un concepto un tanto equívoco. Nós temos estatísticas de actividade de cada xulgado de Galicia —tamén as teñen os xuízes—. E eso pódese poñer en relación cos módulos que marca o Consello Xeral do Poder Xudicial e determinar se hai retraso ou mellora sobre as medias do Estado. O problema da xustiza non é só un problema de xulgados, é un problema de procedemento. Precisamente a reforma legal que impulsa o Ministerio de Xustiza para a sustitución do actual proceso de tramitación por un máis de acordo co século XXI debería servir para axilizar os tempos na vida xudicial. Aquí en Galicia estase a seguir un proceso de creación de novos xulgados, de novas unidades xudiciais que continuará en 2006 e que deberá situarnos pouco a pouco nas medias do Estado.
–Van impulsar a demanda do Parlamento de 2001 de que as autonomías elixan maxistrados do Constitucional e que o Superior de Xustiza sexa última instancia?
–O Goberno do Estado ten o compromiso de reformar o Tribunal Supremo para que quede como un órgano de casación e de unificación doctrinal e transferir moitos dos asuntos que hoxe deciden os Tribunais Superiores das comunidades autónomas. Polo que respecta ao proceso de participación no Tribunal Constitucional, temos un problema máis complexo, porque ten un número de maxistrados limitado e na súa constitución participan xa distintos poderes do Estado. Pódese establecer un sistema de coparticipación pero difícilmente poderíamos ter un sistema no que propuxesen máis organismos que prazas a cubrir. A reforma do Constitucional está vencellada indirectamente á reforma doutros órganos do Estado, por exemplo do Senado. E isto podería axudar a formar unha vontade común das comunidades autónomas máis que o establecemento de cuotas territoriais que sempre teñen algúns riscos engadidos.
–Falou no Parlamento da loita contra a contaminación acústica. Como acabar co botellón?
–Este problema foi obxecto dun debate moi vivo no último congreso de veciños en Lugo hai poucas semanas. Preocupa fondamente á federación galega de concellos e é un problema que nós queremos abordar con eles, delimitando un marco algo distinto do actual (hai un nivel de picaresca que non podemos esquecer) pero tamén creando unha conciencia social, porque o botellón, non o esquezamos, forma parte dunha determinada forma cultural, dunha forma de entender o ocio. Cambiar as costumes de ducias de milleiros de mozos non se fai polo Diario Oficial de Galicia. Faise a través de sensibilización, de pacto e dende logo con medidas paulatinas que fagan máis complicado, ou con outros custos, realizar actividades que alteran a vida normal dos cidadáns.
–Por que non serían mellores as comarcas que as provincias para ordenar o territorio?
–A pregunta sería a inversa: Por que terían que ser mellores? As provincias levan funcionando 160 anos en España e están bastante consolidadas na mentalidade dos cidadáns, porque son as unidades en que se artella a vida administrativa. Pasar desa estructura a unha distinta implica alomenos ter claro os custos e os servicios que se deben prestar e se se deben prestar en sustitución dos que fan as provincias ou ademais dos que fan as provincias. E isto non é unha discusión menor en termos de custos financieiros. O Goberno galego o que ten comprometido no seu programa é un modelo distinto non tanto de organización administrativa como de planificación do territorio baseado no recoñecemento das dúas grandes áreas metropolitanas (e probablemente non todo o mundo comparte cales son esas grandes áreas: o goberno fala de Vigo-Pontevedra e de Ferrol-Coruña) no recoñecemento das grandes áreas urbanas (en torno a Lugo, Ourense e Santiago) e na evidencia de que temos un número de cabeceiras comarcais e de distrito que funcionan de feito como lugares de referencia para as zonas rurais. O conxunto destes tres niveis debería de ser o marco de planificación de investimentos, de actuacións e de ordenación progresiva dos servizos da administración. Pero non deberíamos de pensar en crear novas estructuras administrativas que teñen un custo elevado.
–Vostede sostén que a Xunta restou autonomía aos concellos. En que?
–Nuha excesiva tutela, nun excesivo intervencionismo. O exemplo típico é a lexislación urbanística. Cada vez que se produce unha modificación no planeamento os expedientes son reiteradamente aprobados no concello e na Xunta. A experiencia destes anos demostra que esa sucesión e controis non introduciu melloras no resultado final. Pola contra, falamos do feísmo no marco dunha sociedade na que o urbanismo está absolutamente regulamentado. Polo tanto, parece que dar algo máis de autonomía e correlativamente máis responsabilidade ás administracións locais non debería ser negativo. E o mesmo poderiamos predicar dos servizos sociais de proximidade, das políticas relacionadas co ocio, dos poderes que deben ter os alcaldes para poder ser efectivos no cumprimento das ordenanzas. Creo que o desafío local en Galicia e en España é algo pendente dende hai moitos anos e deberíamos de, paseniñamente pero sen demora, dar pasos nesa dirección.
–Levamos moitos anos oíndo falar do pacto local e segue sen avanzar. Atrévese a poñer datas e contidos?
–Eu teño proposto á federación de concellos que o pacto local será antes de fin de ano ou non será. O pacto local, como o seu nome indica, é un acordo político, un documento que ten o valor que lle queiramos dar na vida política. Non son acordos administrativos ou financieiros. Polo tanto, o que compre facer é transformar ese pacto nun acordo administrativo e financieiro. E creo que no acordo financieiro teremos un fácil achegamento de posturas nos orzamentos de 2006 e que nalgúns dos aspectos que estaban presentes nesa proposta de pacto local poderemos chegar a acordos con dificultade. Noutros penso que non será posible un acordo e creo que antes de decembro deberemos de explicitar esto: aqueles asuntos nos que poda haber un acordo con efectos de 2006 e aqueles outros nos que non será posible chegar a un acordo por moitas voltas que lle demos no futuro. Poñerei un exemplo: podemos chegar a un acordo en aspectos financieiros, creo que podemos chegar a acordos en aspectos relacionados con algún servizo que prestan os concellos pero que son financiados directa ou indirectamente pola autonomía (como os servizos contraincendios) e creo que non será posible chegar a un acordo na sustitución dos concellos nas súas obrigas de mantenemento dos centros educativos. porque significa unha cifra no conxunto de Galicia elevadísima e porque para eses gastos recibían ata agora finaciamento do Estado os propios concellos. Por tanto, hai asuntos nos que o acordo é viable, outros nos que se producirá, pero tamén sabemos que nalgún non haberá acordo posible. Tamén o saben eles.

Monday, October 10, 2005

Anxo Quintana: “Vai ser difícil que Touriño e máis eu teñamos o mesmo concepto de nación"

© Víctor Echave


O vicepresidente do Goberno da Xunta non observa discrepancias importantes no seo do Executivo, pero non dubida en recoñecer o que lle separa dos socialistas tanto no que se refire ao concepto de nación como á financiación das autonomías. Anxo Quintana, dende as súas responsabilidades no equipo que dirixe Emilio Pérez Touriño, trata agora de facer realidade o ‘país novo’ que o BNG prometeu nas últimas eleccións


Anxo Quintana (Allariz, 1959), o máximo responsable do nacionalismo galego dende o ano 2003, ten asumido con soltura as súas novas responsabilidades na vicepresidencia da Xunta, tamén como o rostro máis visible da primeira experiencia do BNG no Goberno galego. E dá a impresión de levalo ben, aínda que ás veces trascendan máis as desavenencias co PSOE.
–A sensación que mellor define a nosa posición hoxe é a da ilusión. Creo que existe unha gran ilusión na cidadanía e unha grande expectativa respecto do que pode facer este Goberno. E nós compartimos esa ilusión. Para min non son noticias destacables as discrepancias que se podan ter producido porque sempre foron de matiz e, ademáis, creo que interesantes dentro dun Goberno plural.
–Touriño ten dito confiar en que tanto vostede coma el teñan a mesma idea de nación á hora de referirse a Galicia. Comparte esa esperanza?
–Vai ser difícil que teñamos o mesmo concepto de nación, pero penso que o que si podemos e debemos é traballar para que o que nós queremos para Galiza dende as nosas diferentes posicións se poda sintetizar nunha única posición arredor dun novo Estatuto. O que temos que conseguir, entre outras cousas, nesta lexislatura é romper con esa cultura da uniformidade que Fraga e o PP intentaron impor durante 16 anos. Agora o que toca é a cultura da diversidade.
–Dígalle aos cidadáns, que só entenden de cousas prácticas, de que lles vai servir que Galicia sexa nación.
–Por si só, para poucas cousas. Pero que Galicia teña o estatus de nación e que, polo tanto, teña un Estatuto de nación vai servir para que Galiza teña máis autogoberno e máis posibilidades de poder diseñar o noso futuro por nós mesmos. E canto máis autogoberno teñamos vai haber moitas máis posibilidades de acadar benestar para os cidadáns de Galiza.
–Máis ala do respeto que lle merece a vontade dos cataláns, que lle parece o seu proxecto de Estatuto?
–O texto é producto dun traballo conxunto de moito tempo —e demostrativo da vontade inequívoca de autogoberno da cidadanía de Cataluña— plasmado nese 90% dos seus representantes que votaron afirmativamente. Penso que é unha oportunidade e non un problema, e así o deberíamos de ver. E, ademáis dese respeto que nos merece, pensamos que vai ser unha oportunidade para que o Estado español se recoñeza a si mesmo e para que empecemos, sen dramatismos, a recoñecer que o Estado español está composto por varias nacións. Cataluña sen dubida é unha delas, e Galiza tamén.
–Logo, o BNG votará a favor.
–Nós imos seguir o noso criterio de apoiar o que os Parlamentos autonómicos aproben por maiorías democráticas. E moito máis se vén respaldado polo consenso que trae este Estatuto. Eso non quita que o traballo no Congreso dos Deputados sirva para facer aportacións que poidan mellorar o texto. En calquera caso, pensamos que ese debate, tamén no Congreso, ten que estar liderado polas forzas políticas catalanas.
–Non comparte entón as reservas amosadas polo presidente galego respecto das reivindicacións financieras do estatuto catalán.
Eu creo que en Galiza o que temos que facer no ámbito da financiación autonómica é diseñar a nosa propia proposta convencidos de que non hai autonomía política real sen autonomía financeira. E debemos aproveitar o deseño da nosa proposta para derrumbar esa idea da Galiza pobre que precisa necesariamente da caridade do Estado para subsistir. Temos que transmitirlle aos cidadáns a nosa disposición a responsabilizarnos do noso; sermos capaces como Goberno de xenerar recursos propios que financien o noso gasto. Esa é a auténtica autonomía política e para eso temos que pelexar dende Galiza. Eu creo que no concerto estatal Galiza non pode seguir sendo espectadora, non pode estar unicamente para opinar sobre os modelos que se propoñan dende outras partes. Nós temos que ter a nosa propia proposta, ser protagonistas na política estatal e con ela sentarnos nesa mesa multilateral que sen dubida se terá que conformar e alí discutir sobre o modelo global. Pero para eso temos que ter a nosa proposta e eu, dende logo, creo que é mellor centrar a atención en facela que en preocuparnos da dos demáis.
–Vai ser mellor esperar a que o PP teña novo líder para negociar?
–Eu creo que é necesario que antes de que remate o ano o Parlamento galego poña en marcha a ponencia de redacción do novo Estatuto. E creo que para ese traballo é necesario que o Partido Popular colabore. Ten que ser un traballo de todas as forzas políticas, cada un dende as súas posturas. E eu por eso espero que o PP abandone o tremendismo no que está metido porque por ese camiño non se vai a ningunha parte. Me preocupa máis o tremendismo no que está instalado o PP e ese desexo que se ve nalgúns dirixentes de seguir miméticamente a estratexia desa extrema dereita que controla ao Partido Popular en Madrid. Me preocupa moito máis eso que o proceso interno do PP en Galicia, para o cal desexo a mellor das solucións e o mellor dos éxitos.
–Esa estratexia é do PP ou de Fraga?
–Eu o que vexo é dirixentes do Partido Popular, non todo o Partido Popular. Dirixentes que parecen dispostos a seguir esa estratexia do PP de Madrid. A min eso non me parece o mellor dos camiños e espero que abandonen ese sendeiro para volver a recobrar sentido de país, sentido común e sentido do ridículo.
–Haberá ponencia aínda que o PP non quera sentar nela?
–Eu aspiro a que o PP participe. Creo que son todos os grupos parlamentarios os que deben ser protagonistas desa ponencia, que non debe estar monopolizada nin liderada por ninguna forza e por tanto tampouco polo Goberno. Espero que o PP, como o grupo máis numeroso, non só participe senon que colabore na súa creación.
–O pregunto porque xa en dúas ocasións ameazaron con non participar…
–Eu espero que as palabras de Fraga se deberan máis ao ardor dun debate que a unha reflexión profunda. e que no momento en que se constitúa esa ponencia o PP participe, porque ninguén entendería algo diferente.
–Boa parte da credibilidade do bipartito vaise xogar nos medios de comunicación, públicos e privados. E xa estamos a ver discrepancias na Crtvg...
¿Discrepancias?
–Sí, no caso da Radio Galega…
–Para min o máis importante é que se entenda que se acaban de facer uns nomeamentos transitorios. O único nomeamento que lle corresponde ao presidente é o do director da Radio Televisión de Galiza, que asume con carácter transitorio a dirección ata que o Parlamento aprobe a nova lei. Unha lei que este Goberno ten un compromiso de impulsar e que significará que o próximo director sexa eleito polo Parlamento por unha maioría cualificada. Un proxecto que vai intentar institucionalizar os medios públicos como medios ao servicio da información xeral para tódolos cidadáns e non como medios gubernamentais. Eso é o maís importante arrespecto dos medios públicos que este Goberno pode facer.
–E no caso dos privados?
–Eu son partidario de que a relación cos medios privados non sexa unha relación motivada pola información senon polo carácter empresarial. A relación do Goberno cos medios ten que ser a mesma que se pode manter con calquera outro tipo de empresa á que o Goberno, cun carácter estratéxico, pode axudar para a súa expansión, para a súa innovación ou para a creación e consolidación dun espacio galego de comunicación. Temos que abandonar as liñas de colaboración que teñen de por medio o condicionante da información para ir a liñas puramente empresariais ó mesmo nivel que as que se poden ter con calquera outro tipo de empresa.
–A anunciada reforma electoral beneficia a nacionalistas e socialistas…
–Penso que se ten feito unha lectura parcial das palabras do conselleiro de Presidencia. A reforma que pretendemos impulsar vai moito máis alá do reparto de escanos por provincias, cuestión que haberá que matizar no seu momento. Penso que o conselleiro de Presidencia fixo unha boa exposición ao respecto duna nova lei electoral ambiciosa e que intente resolver algúns temas pendentes, como é o voto emigrante ou como pode ser a dinámica das campañas electorais ou a representación dos cidadáns no Parlamento. Eu penso que eso é algo necesario e que teremos que facer buscando o consenso necesario de tódalas forzas porque esta é unha norma que nos atañe a todos.
–O Goberno central non parece disposto a aceptar o dominio territorial de Internet para Galicia. Van insistir nelo?
O importante é que Galiza teña o seu propio dominio en Internet e a Consellería de Industria ten iniciado xa os trámites para así facelo. Creo que as interferencias do Goberno do Estado neste caso nin veñen a conto nin serían explicables. Así o entendemos e así o estamos a facer porque penso que é unha demanda da sociedade e porque ademais é un novo símbolo da identificación nacional ó que non temos por que renunciar.
–Pero o modelo será só o de dominio lingüístico…
–Sí, o das tres letras.
–Cal é a súa relación con Beiras? É recuperable para a nova administración?
–A nosa relación é normal e eu diría que cordial. Hai ben poucos días tivemos a oportunidade de charlar novamente. Demostroume unha vez máis seguir tendo unha gran capacidade de análise arrespecto da actualidade. Sempre ten aseveracións que facer de sumo interese e que eu escoitei con sumo agrado. E dame a sensación de que o último interese de Xosé Manuel Beiras en este momento é participar de ningún tipo de administración, entre outras cousas porque el debe e pode prestarlle grandes servicios ao país e non lle fai falla facelo dende a administración, aínda que pode efectivamente xogar papeis importantes nos que poidamos aproveitar todo o seu capital político.
–No 2001 o BNG abriu una fonda reflexión sobre o seu retroceso electoral e mesmo fixo autocrítica polo ocorrido. Porque non se ten feito o mesmo en 2005, tendo un retroceso ainda máis grande?
–Autocríticas, as mínimas; polo menos as imprescindibles e as necesarias, porque se non pasarían de ser autocríticas a ser flaxelacións absurdas. O Bloque, efectivamente baixou —me parece que 20.000 votos— nestas últimas eleccións, pero conseguiu un obxectivo ata agora inalcanzable, como era colaborar na conformación dunha nova maioría, derrotar a maioría absoluta do PP e ter responsabilidades de Goberno. Penso que ben valen 20.000 votos. Eu penso que o Bloque ten moi ben analizado cal é a súa posición política no país. Ten ademais moi ben conceptualizado cales son as súas inmensas posibilidades no novo tempo político e dende logo vamos a aproveitar a nosa estancia no Goberno, primeiro para facer unha xestión eficaz e segundo para construir país, que é o noso gran reto no
Goberno.
–Que lle parecen as queixas do máximo responsable de Esquerda Nacionalista, quen pensa que a súa formación foi marxinada no novo executivo… –Teño que respetar todas as opinións. Calquera pode entender que o encadre das persoas a veces resulta complicado. É bó que todo o mundo pretenda participar pero a veces resulta difícil poder dar resposta a tódolos desexos. En todo caso, penso que o cadro final que queda é moi bo para o BNG e para o país e estou seguro ademáis de que o conxunto do BNG está hoxe moi ilusionado detrás do Goberno para aproveitar a oportunidade histórica que ten Galicia e que tamén ten o nacionalismo.
–Non teme que as contradiccións entre o PSdeG e o PSOE podan pasar factura ao Goberno?
–Téñoche que recoñecer que, a verdade e de momento, non vexo absolutamente ninguna tensión entre o PSdeG e o PSOE. E atrévome a decir máis: se houbera algunha de vez en cando tampouco pasaría nada e penso que mesmo sería perfectamente xustificable. En calquera caso, a miña intención non é provocar ningún tipo de tensión dentro do Partido Socialista, pero todos debemos ter a convicción de que defender os intereses de Galiza ás veces leva a marcar certas distancias con respecto a Madrid. O BNG é especialista nesa materia e eu penso que se nalgún caso o PSdeG fai o mesmo con respecto ao PSOE non só non pasará nada senón que mesmo será positivo.
–A lóxica política esixe unha moción de censura en Vigo?
–A miña lóxica será a que marquen os propios cidadáns de Vigo e as forzas políticas alí representadas.
–Custoulle moito estreitar a man do alcalde da Coruña?
–En absoluto. Eu son unha persoa cordial que sempre practica o respecto institucional. Esta vicepresidencia é a casa de todos os alcaldes de Galiza independentemente do seu color político.
–A pesar de ser unha das bestas negras do BNG?
–O nacionalismo galego non ten bestas negras, o que ten é unha idea de país na que cree firmemente e, polo tanto, se mostra terriblemente distante dalgunhas actitudes que parecen ás veces negar o propio país. Eu son partidario sempre da confrontación das ideas e nunca da confrontación das persoas.
–Vai ser comprensivo entón co incumplimento do topónimo da cidade?
–Non, como che dicía antes, nós temos unha idea de país, un respecto pola súa cultura e polo seu idioma e nese caso un respecto tamén pola legalidade. Polo tanto a nosa postura a ese respecto está clara e non admite interpretacións. Admitimos todas as opinións diferentes á nosa pero o que non podemos é compartir posicións que intenten negar a existencia de Galiza como país.
–Van insistir na necesidade de reformar a lei de Caixas de Aforros para garantir a súa contribución ao desenvolvemento do país?
–A nós nos parece que é importante traballar para que as Caixas teñan a súa propia dinámica, que por parte do Goberno non haxa unha continua labor intervencionista. Pero ao Goberno cábelle a responsabilidade de marcar criterios, definir obxectivos, e preparar escenarios. Nese sentido penso que é necesario que as Caixas fagan unha aposta decidida pola economía productiva, por apoiar a estruturación do empresariado galego que axude a conformación de conglomerados de raíz galega que interveñan de forma positiva na economía e que axuden a que Galiza gane posicións favorables en sectores estratéxicos. Eu penso que ese é o labor que teñen que facer as Caixas e creo que o Goberno da Xunta ten a responsabilidade de marcar eses obxectivos respectando a autonomía de funcionamento das propias Caixas de Aforros.

Saturday, October 01, 2005

Emilio Pérez Touriño: “Se tivera escano no Congreso emendaría o Estatuto catalán”

© Víctor Echave

Leva dous meses aplicándose no oficio de presidente do Goberno de Galicia e apenas unha semana como inquilino da residencia oficial de Monte Pío. Emilio Pérez Touriño pon a mesma convicción na defensa da palabra nación para referirse a Galicia que na expresión das súas reservas ó modelo financeiro aprobado por Cataluña para o seu Estatuto, mentres asume con naturalidade que o BNG sexa socio e oposición ó mesmo tempo

Dous meses no cargo e xa está acostumbrado, dí, ó seu novo oficio de presidente da Xunta. Emilio Pérez Touriño (A Coruña, 1948), acaba de estrearse, pero non dubida en poñer data límite ó seu mandato.
—Penso que sería bo, e así mo aplicarei, establecer un límite ao mandato continuado do presidente da Xunta. Creo que é bo facilitar de maneira case automática a renovación e o cambio, tamén no liderado do país.
—¿Como uso xeral ou como norma?
—Teriamos que poñernos de acordo e eu tratarei de impulsarlo. Paréceme que sería bo que entre todos acordásemos limitar os mandatos presidenciais a dúas lexislaturas consecutivas e, en todo caso, eu aspiro a ter un período de oito anos de traballo que teña continuidade pero con outra persoa.
—En que van notar os cidadáns o cambio?
—O cambio en Galicia ten que ser antes que nada a mellora da calidade democrática. Outra forma de gobernar. Cambiará a relación entre o poder político e a cidadanía. O cambio é transparencia e ten que ser proximidade. Por iso a primeira lei que aspiro a que entre no Parlamento de Galicia será unha Lei de Transparencia que estableza un código de conduta do Goberno, que achegue claridade e rigor nas subvencións, na utilización dos recursos públicos.
—Ten dito que a súa política será de suma e integración. Pero ao mellor o PP non está polo labor, como parece anunciar o tema do Estatuto. ¿Vai buscar o acordo coa oposición mesmo en asuntos nos que non precisa o seu apoio, como a reforma electoral?
—A reforma estatutaria é un exemplo do que debe ser dialogar. Teño un certo grao de preocupación, porque as escasas veces que nos temos referido nestes dous meses á reforma do Estatuto de autonomía foron para que Manuel Fraga levantase a man e puxese condicións e ameazase con non participar baixo o lema de que España pode desfacerse. Non é sensato a estas alturas atribuírlle ao Partido Socialista e ao presidente da Xunta a vocación de desfacer España ou Galicia. Non é máis ca un tremendismo e unha desculpa cuxo alcance non acabo de entender e que espero non ter que entender. Manuel Fraga sabe perfectamente que a miña vontade de respecto á Constitución é plena. É necesario estar en disposición de sentar a falar. Só no tema estatutario? Non, No tema estatutario é imprescindible, pero eu falei na campaña dun pacto polo emprego, dun compromiso coa educación e coa cultura, e dun acordo polo territorio. Pode haber lexitimamente posicións moi diferentes, pero o que non pode haber son condicións inescusables. As tres forzas políticasparlamentarias teremos que decidir se estamos de verdade en disposición de dialogar. O Partido Socialista estao, o BNG cónstame que tamén e espero que o PP se defina na mesma dirección.
—Non menciona a lei electoral...
—Evidentemente, para a lei electoral é necesaria unha vontade de acordo. Está destapando algúns temores e desconfianzas nas provincias interiores. E sobre isto eu tería que dicir que a prioridade do Goberno do cambio é o reequilibrio territorial, a discriminación positiva e frear o declive demográfico da Galicia interior. O futuro de Lugo e de Ourense non depende do número de deputados. Depende de que sexamos capaces de atopar un conxunto de elementos de acción pública para cambiar unha tendencia que os está levando a unha calexa sen saída. O número de deputados nunca pode ser completamente proporcional á poboación. Polo tanto, que ninguén teña ningún temor nese sentido.
—Reducirán a porcentaxe de acceso ao Parlamento e cambiarán o voto emigrante?
—Non están aínda traballadas as bases dunha posible reforma electoral, pero son temas nos que hai que entrar. Sen dúbida hai un problema en relación co voto emigrante que teriamos que tratar e o tema de rebaixar ou mover limiares son cuestións que necesariamente haberá que falar. Pero aínda é moi cedo.
—A ordenación do territorio parece preocupar moito a Fraga. De que fala coando se refire ás rexións?
—Cando me teño referido ao ámbito da ordenación do territorio, a figuras novas, non se trata de figuras administrativas que substitúan ou sexan paralelas ás existentes. Podemos falar en terminoloxía de urbanismo, non no aspecto institucional como interesadamente o está a tomar o PP para sementar a confusión. Son espazos funcionais. E aí é onde entran conceptos como o de rexión, área urbana ou espazo supracomarcal, sen que iso teña que querer dicir ningunha figura administrativa, que é o que lle preocupa ao PP aínda non sei por que.
—Logo non haberá estrutura administrativa comarcal.
—Non.
—Na investidura deixou claro que non haberá cambio sen poñer fin á opacidade, á discrecionalidade e ao partidismo. Unha declaración sobre a que existe aínda moito escepticismo...
—O escepticismo só se pode combater coa práctica e a toma de medidas. A sociedade galega ten todo o dereito do mundo a sentirse escéptica, porque se algo caracteriza á vida galega durante décadas é precisamente esa pauta cultural que parece unha regra natural da política. Comprendo que haxa escepticismo, pero iso non me preocupa, porque sei que se transformará en confianza se cumprimos. E imos cumprir.
—Están trabucados, daquela, os que pensan que vai continuar o fluxo de cartos a algúns medios privados para que falen ben da Xunta?
—Nos medios de comunicación privados é fundamental achegar claridade e transparencia, que non sexa unha relación por debaixo da mesa. Se os medios de comunicación privados necesitan, por razóns de interese xeral, manter algún tipo de axuda, ese tipo de subvención non pode ser discrecional, ten que saberse con luz e con taquígrafos.
—Para cando esa luz?
—Pois espero que canto antes. Traballamos na dirección de que se poida aplicar xa nos próximos orzamentos.
—A repartición salomónica de postos na Crtvg entre o PSOE e o BNG decepcionou.
—Eu deposito toda a esperanza no nomeamento do responsable da Crtvg, unha persoa que ten demostrado un grao importante de independencia. A partir de aí espero que teña capacidade para buscar o equipo e incorporar as sensibilidades que forman parte do goberno pero sen que signifique que a televisión sexa un puro aparato ó seu servizo.
—Despois de anos de fondos estruturais, asomámonos a un período moito máis complicado. Son perspectivas sombrías.
—Efectivamente vai haber unha redución paulatina dos fondos europeos, é un dato co que temos que operar. Polo tanto temos que extremar a nosa capacidade de aforro e de definir os mellores proxectos. E iso vai máis alá da vontade do presidente. Temos un potencial de crecemento importante e temos que apostar decididamente por unha mellora substancial na produtividade.
—Vai haber que cambiar o plan contra incendios?
—Este ano o que fixemos foi poñer máis recursos enriba da mesa. A partir da experiencia, a base do sistema operativo ímola manter pero a Consellería de Medio Rural traballa na súa mellora. Haberá elementos que é altamente probable que se modifiquen. Pero a base do sistema operativo non a imos cambiar porque responde e representou un elevadísimo investimento.
—Como vai a revisión das decisións tomadas polo goberno en funcións?
—Certamente o que significa revisar, na maioría dos casos é inviable porque xa hai obrigas contractuais que significarían danos a terceiros, reclamacións e finalmente danos á facenda pública. Non será fácil. Hai casos nos que si. Falo das últimas dúas adxudicacións da Cidade da Cultura, una delas o teatro da ópera. Ou das minicentrais eléctricas.
—Non no caso das novas licencias de televisións.
—É complicado. No caso de se producir un recurso tería que ter base xurídica por un defecto de forma e non parece ser o caso. Polo tanto é probable que se teñan que manter.
—É sostible que o BNG estea no Goberno e na oposición?
—Temos que acostumarnos, probablemente eu o primeiro. A cultura da coalición non ten nada que ver cun goberno de maioría absoluta. Hai dúas formacións que comparten un obxectivo pero que necesitan expresarse marcando os seus matices e as súas diferenzas, porque compiten electoralmente. Eu creo que non cuestiona nada, a min non me dificulta o labor de gobernar. Evidentemente é máis fácil remar con todo na mesma dirección que remar ás veces contra un vento que sopra forte de fronte. O que si é importante é garantir a unidade do goberno e síntome especialmente satisfeito co comportamento de todos os conselleiros e do propio vicepresidente.
—Que lle parece como quedou o estatuto de Cataluña?
—Responde a un grande acordo nacional catalán, onde hai un gran peso de forzas cunha profunda vocación de país. É unha aposta moi potente, moi forte, por parte de Cataluña. No terreo identitario nin me parece ben nin mal, non me cabe máis que entendelo e asumir que os cataláns se ven a si mesmos desa maneira. Preocúpame —e si teño algo que dicir, claramente— cando se formula que o financiamento e a solidariedade en España se decida bilateralmente. España é obra de todos e un proxecto común de convivencia non o pode determinar unha parte porque nos afecta a todos. Polo tanto aí si creo que temos que ter unha especial sensibilidade e bo facer para que o produto final sexa respectuoso co que queren a maioría dos cidadáns de Cataluña pero que nos sirva tamén aos demais, e en particular aos galegos, que nos xogamos moito, moitísimo, no terreo da solidariedade e do financiamento.
—Se Touriño tivese escano no Congreso como mínimo presentaría unha emenda...
—Pois seguro que si.
—Porque sería bo que Fenosa estivese en mans de capital galego?
—A vinculación entre o capital nunha economía globalizada e o territorio é mínima, cada vez menor. O máis importante dende os intereses estratéxicos de Galicia en materia enerxética é que as empresas teñan musculatura financeira, sexan boas empresas. Esa é a miña preocupación primeira e non os apelidos, se un é máis ou menos galego. Por exemplo, cando se fala agora do tema do presidente, dun presidente galego ou non galego: sobre todo que sexa un bo presidente, que a empresa funcione ben e ademais se é galego magnífico, sería unha magnífica noticia. Polo tanto estou interesado, como non, en que así sexa, pero de aí a convertelo nunha guerra...
—Sería José Luis Méndez [o presidente de Caixa Galicia] un bo presidente de Fenosa?
—Un galego con capacidade de xestión, con capacidade empresarial, efectivamente sería sempre un bo presidente de Fenosa, un bo líder, un bo xestor empresarial e sendo galego seguro que sería un bo presidente. En todo caso, non creo que teñan demasiado sentido discursos patrióticos exacerbados e de curto percorrido en relación con este tema. O que máis valoro positivamente da iniciativa de empresarios galegos que tomaron a decisión, que afrontaron a decisión de tomar peso e parte nun ámbito tan importante como o enerxético a través de Unión Fenosa, é precisamente ese saltar á area, ese comprometerse, ese querer arriscarse e innovar, e poñer recursos e financiamento nunha área importante para Galicia. Iso si é un dato moi positivo pero non se debe esgotar en Fenosa. Hai moitas máis posibilidades, hai moitos máis cambios, e o que quero incentivar, compartir, e dicirlles aos empresarios galegos é que asuman esa posición de risco, de compromiso, de lanzar proxectos. É moi importante e hai moito campo de actuación, por iso a miña valoración, máis alá do síntoma que deu de decepción ou de pequena decepción que apareceu, eu querería establecer unha mensaxe positiva. Cando os empresarios galegos se moven, cando están dispostos a unirse en proxectos comúns, eu creo que temos todo por diante.
—A nación da que vostede fala é a mesma da que fala Quintana?
—Espero que si, que todos esteamos falando de Galicia. Se queremos avanzar necesitamos poñernos de acordo. O máis importante non é o que poida pensar, o concepto, a idea. O máis importante é que Galicia non se pode quedar atrás, que necesita camiñar de présa en todos os terreos e na reforma estatutaria tamén. Non quero entrar na derivada quinta de curso de doutoramento de se debe ser unha nación dunhas ou doutras características. O que me importa é que sexamos capaces de poñernos de acordo para que Galicia gañe en peso institucional, en peso político, en presenza, en respecto, en capacidade de decisión, dentro de España. Isto é o que me interesa.
—Como son as relacións no terreo persoal con Quintana. Falan a miúdo?
—No terreo persoal creo que temos unha boa relación. Somos dúas persoas de características bastante flexibles e dun talante razoable. E nese sentido hai una boa química. Non nos custa traballo falar ou chamar por teléfono. Iso é bo e positivo estou seguro que se incrementará coa convivencia. E no terreo máis formal procuramos manter todas as semanas un contacto estable para poñer as cousas en común. Creo que imos ben, síntome cómodo.
—Fala tamén con Fraga?
—A verdade é que este mes non, pero teño previsto manter algún contacto para falar dos temas máis importantes que temos diante.