Artículos publicados en La Opinión A Coruña

Monday, June 19, 2006

José Luis Méndez Romeu: “Es Feijóo el que tiene que decidir su posición sobre el Estatuto”

© Tucho Valdés/La Opinión A Coruña

El conselleiro de Presidencia y teórico ‘numero dos’ de la parte socialista del Gobierno de la Xunta está acostumbrado a formar parte de la polémica, la última de las cuales fue desencadenada por él mismo al apostar públicamente por conservar el término de “nacionalidad histórica” para definir la identidad de Galicia. Quizá por ello, y en plena negociación PSOE-BNG sobre el Estatuto, en esta entrevista trata de ser cauto y de evitar cualquier arista que ponga en dificultades el acuerdo negociado
–El término que más le gusta para Galicia es el de nacionalidad histórica, pero usted mismo ha dicho que es una ventaja tener un estatus equiparable al de Euskadi y Cataluña y podemos perderla.
–En la última semana de junio se iniciará el debate en ponencia y es ahí donde se van a buscar las definiciones. Lo importante en la reforma es tener clara la nueva definición de competencias, la articulación de los poderes que hay en Galicia, la financiación… A partir de ahí podemos tener formulaciones más retóricas, formulaciones que calmen la frustración de algunos o que intenten traducir conceptos que van más allá de su fuerza jurídica, pero creo que eso no es lo importante. La sociedad gallega ha funcionado y se ha desarrollado bien con un Estatuto como el vigente. Y ese es el ejemplo que tenemos y el ejemplo que no debemos perder de vista. Vamos a hacer una reforma no para descubrir el Mediterráneo sino para mejorar la distribución de competencias. Y ahí es donde hay que poner la energía. Las demás cuestiones son interesantes por su carácter simbólico pero tienen una eficacia práctica mucho menor.
–Pero mueven la pasión. –A lo mejor mueven a la pasión de los que no tienen ideas claras sobre otros temas.
–Lo que trasciende del Parlamento no son ideas sobre competencias sino sobre identidad. –Lo sigo con interés. No escucho grandes ideas sobre nuevas competencias; sobre eso se habla poco. Quizá porque como es lo importante es lo más comprometido…
–O que todo el mundo está de acuerdo. El problema va a estar en la cuestión identitaria. –Pues no, yo creo que no va a haber ahí un gran debate. El único problema real del Estatuto es conseguir un acuerdo de las tres fuerzas políticas. Y estro es algo que básicamente le va a corresponder decidir al Partido Popular, es el que tiene, por así decir, la capacidad última de bloquear el Estatuto o de apoyarlo. Es evidente que los partidos que apoyan al Gobierno gallego lo van a apoyar con claridad y con acuerdo pleno y es el Partido Popular el que tiene que definir cuál es su posición.
–Pues ellos ya han dicho que lo que les gusta es lo mismo que a usted, que Galicia es una nacionalidad histórica y que con eso firman ya. Bueno, pues espero que firmen cuando empiecen los trabajos de la ponencia. En eso y en más cosas.
–¿Cómo debe quedar el gallego en el Estatuto? –Yo creo que la Ley de Normalización Lingüística de 1983 ha funcionado en general bien. Y por tanto deberíamos de tender a recoger esa filosofía. Debemos procurar que la gente tenga en el futuro capacidad de seguir conociendo el idioma y de poder usarlo en cualquier circunstancia de su vida oficial. Y no deberíamos, probablemente, ir más allá.
–¿Qué reformas hay que aplicar a las diputaciones para evitar que pasen cosas como las de Lugo o, simplemente, para que cumplan sus funciones?
–Las Diputaciones son poderes locales. Las funciones de las diputaciones son las de los municipios cuando estos no pueden prestarlas. Lo que no se puede, en pleno siglo XXI, es sustituir esa función por una política de subvenciones más o menos discrecional. Eso es un error que debe ser corregido.
–Hace meses que prometieron un informe para racionalizar la llamada administración paralela.
–Fue contratado a una auditoría externa y me consta que está en fase muy avanzada. Pronto estaremos en condiciones de determinar lo que queremos hacer. En realidad, ese informe debe tener eficacia en el presupuesto de 2007, que es donde habrá que abordar la reformulación de algunas entidades, más de medio centenar, y fijar también criterios de homogeneidad que faciliten el control.
–Va a ser muy difícil que resuelvan el problema heredado de las asistencias técnicas, que les está obligando a crear puestos públicos no previstos.
–Eso es cierto. Tenemos en torno a unas 1.300 personas en esa situación sobre un colectivo total de empleados públicos de 21.000, y lo cierto es que estamos recibiendo un elevado número de sentencias contrarias a la administración que reconocen a esos trabajadores un vínculo temporal de carácter laboral. Esas personas tienen que ser absorbidas hasta que en su momento esas plazas sean objeto de una convocatoria pública y sean ocupadas por funcionarios o por trabajadores laborales con carácter definitivo, momento en el que estos contratos deberán ser rescindidos. Evidentemente se está creando una distorsión en el funcionamiento de la administración, pero es una situación que tiene difícil solución a corto plazo en la medida en que ni podemos rescindir contratos ni podemos impedir resoluciones judiciales negativas. Podría hacer una crítica fácil a lo que hizo el Gobierno anterior, pero probablemente estamos ante un problema estructural. Unas plantillas de la Xunta mal definidas para las competencias que tenemos y como consecuencia la necesidad continua de acudir a soluciones de emergencia que acaban siendo soluciones permanentes. La ley de la Función Pública, el borrador que estamos discutiendo, propone una fórmula de consolidación estable para todas aquellas personas que trabajaban para la Xunta antes de enero de 2005. Si la ley es aprobada en estos términos podríamos abordar la estabilización del colectivo más difícil, que está formado por numerosas personas de cualificaciones bajas, que prestan servicios en centros asistenciales, de salud y de tercera edad, que son básicamente personal de oficios, y llevan en situación provisional muchos años.
–Y sigue pendiente el problema de reubicar a los funcionarios de libre designación del Gobierno anterior.
–La ley está sometida ahora mismo a debate. No es una ley fácil, en el sentido de que las libres designaciones cumplen una función de comodidad para el Gobierno. En cualquier empresa privada los directivos tienen la posibilidad de buscar el mejor rendimiento de sus trabajadores. En la administración esto no funciona así. Los directivos no tienen ninguna capacidad para mover trabajadores, que sólo pueden ser movidos de acuerdo con las normas previstas por la ley. Y la ley, normalmente, no da solución a la evolución de la sociedad. En el momento actual tenemos un número muy elevado, sobre 1.500 personas. Eso permite a los directivos de turno elegir a sus mejores colaboradores. A largo plazo, como se está viendo ahora, hace que la administración sea excesivamente dependiente del cambio político. Reducir ese número, como se ha hecho en las administraciones más modernas, es irrenunciable. Nada fácil, por que más allá de las grandes declaraciones hay todo un conjunto de necesidades de funcionamiento que los directivos están planteando a diario y que non son fáciles de manejar. Si llevamos a delante la reducción prevista en el proyecto de ley, pasaríamos de 1.500 a un tercio de esa cifra.
–La solución se demora...
–De los 1.500 puestos designados libremente por el Gobierno anterior hemos prorrogado al 82%. Cuatro de cada cinco funcionarios nombrados libremente por el Gobierno anterior siguen en su mismo puesto y uno de cada cinco ha sido desplazado a un puesto distinto y sustituido en sus funciones. Creo que es una tasa de continuismo bastante elevada. Yo no creo en una administración politizada, creo más bien en lo contrario, en la separación progresiva de la administración y el Gobierno. Todo lo que hagamos para separar las dos esferas, la política y la administrativa, a largo plazo será bueno para el país.
–Usted era partidario de dar más competencias a la administración local en urbanismo.¿Sigue pensando lo mismo con todo lo que está pasando?
–Yo creo que la política urbanística es fundamentalmente de pacto. Debemos lograr un acuerdo de los poderes públicos con los colectivos que intervienen en esta política: promotores urbanísticos, constructores, municipios... Todos jugamos un papel ahí. Y es difícil imponer normas si no son aceptadas socialmente. Si no estamos de acuerdo en cómo queremos proteger la primera línea de costa, si no estamos de acuerdo en cómo desarrollar o urbanizar suelo rústico, si no tenemos una postura comúnmente aceptada sobre la necesidad de mejorar los entornos paisajísticos o los entornos monumentales eso no lo vamos a arreglar mediante normas coercitivas. El espacio público en Galicia y en general en España no es desde luego envidiable, entendiendo por espacio público plazas, jardines, mobiliario urbano (lo que disfruta la gente).Y eso desde luego es una reflexión que deberíamos hace r todos. El futuro pasa por la cooperación respetando las competencias de cada uno pero siendo conscientes de que tenemos que actuar conjuntamente. Cuando se ve un plan de urbanismo importante en el que no se ha considerado n siquiera las condiciones de saneamiento es evidente que algo falla. Y esas condiciones, si no las abordan los poderes públicos, no las van a resolver los promotores privados. El presidente ha hablado de la necesidad de darnos un tiempo antes de pensar en otra reforma de la ley del Suelo precisamente para buscar ese acuerdo.
–Sí, pero pensar que se va a solucionar sólo con buena voluntad y pacto…
–El presidente de la Xunta le recordaba recientemente al señor Feijóo la larga batería de normas del suelo que ha promovido el Gobierno anterior y su fracaso sistemático, así que no estamos ante un problema de normas, estamos ante un problema social muy importante sobre el que procede desde luego abordar con más profundidad el debate.
–Parece que no vamos a tener la competencia de tráfico antes del nuevo Estatuto. –Existe una preocupación sobre las consecuencias de la situación actual. El Gobierno gallego está preocupado por la elevada tasa de siniestralidad que tenemos en las carreteras gallegas especialmente en algunos puntos. Y sabemos nosotros, como lo sabe el Gobierno de España, porque hay estudios al respecto, que esa siniestralidad más elevada es consecuencia de unos factores diferenciales muy conocidos: las características de nuestra red de carreteras, la abundancia de trayectos cortos, la dificultad en los enlaces de las vías de alta capacidad con las convencionales… Creemos que eso se puede mejorar acercando la gestión del tráfico al ciudadano y eso se puede hacer mediante una transferencia de la competencia. Que se haga a corto plazo o a medio plazo va a depender de varios factores y no podemos olvidar que estamos ahora mismo inmersos en un proceso de reforma estatutaria y que aguardamos tener un texto en los próximos meses. No depende de esta consellería pero no creo que sea viable. Estamos, si las cosas van bien, cerca del final de proceso de reforma estatutaria y ganar unos pocos meses más o menos no me parece relevante.
–Pero preparan un plan de seguridad vial sin competencias. –Pero eso es un proceso de coordinación. Mientras no tengamos la competencia sí podemos colaborar para reducir la siniestralidad en coordinación con el Estado. La Consellería de Obras Públicas está pactando lo que hace cada uno, en qué puntos actúa cada uno y con qué medidas.
–Ha habido episodios de descoordinación en el Gobierno y al menos dos le afectan porque han supuesto su desautorización. Me refiero al área metropolitana de Vigo y a la ley de electoral. –Esta es una sociedad que no estaba acostumbrada a un debate abierto sobre los grandes temas políticos. Cuando yo suscité en el Parlamento el debate sobre las Diputaciones también hubo algunos rasgamientos de vestiduras; hoy es un debate omnipresente. El área metropolitana de Vigo es un caso interesante de cómo se debate en Galicia o cómo más bien no se debate. ¿Necesitamos instrumentos supralocales para ordenar el territorio, mejorar la eficacia de los servicios etcétera? Si los necesitamos, ¿cómo deben ser? Nada de esto se ha querido debatir. Se ha optado por un debate estruendoso, planteado en términos de hipotética agresión, que ha tenido la consecuencia que suelen tener este tipo de debates y es que simplemente no ha sido posible avanzar en absoluto sobre un asunto donde, por otra parte, la experiencia de España y de Europa para cualquiera que tenga interés en conocerla es inequívoca. Solamente funcionan las entidades supralocales con carácter de órganos de gestión que no crean nuevas burocracias y que no incrementan el gasto público. Las estructuras estrictamente políticas orientadas a la confrontación de unos organismos con otros han desaparecido en todos los lugares, empezando por España y siguiendo por la OCDE. Pero en fin, estas cuestiones tan obvias han quedado fuera de la agenda. Se ha aplazado el debate y con la proximidad de las elecciones municipales es difícil que se vuelva a plantear a corto plazo.
En cuanto a la ley electoral, que deberemos abordar en algún momento, ha sido objeto de un aplazamiento para buscar el consenso con el grupo popular, con el que también estamos buscan do un consenso en la reforma del Estatuto. Y por tanto, se ha entendido que podía formar parte, como una aplicación del propio Estatuto, de ese acuerdo institucional que siempre es bueno para la estabilidad de las elecciones. Por lo tanto, estamos ante situaciones que tienen un calendario más demorado del que podría parecer conveniente y que simplemente indican que en esta sociedad necesitamos un grado mayor de debate y de aproximación de posturas.
–Respuesta diplomática. –Es cierto, se ha pactado, el presidente de la Xunta le ha ofrecido al señor Feijóo pactar la ley electoral. Evidentemente no se va a pactar antes de que se arregle el Estatuto, o sea que estamos en un proceso de un cierto distanciamiento.

Monday, November 21, 2005

Manuel ‘Pachi’ Vázquez: “Si Sogama deja de incinerar, no tiene sentido que Fenosa siga ahí”

© Tucho Valdés
Pachi Vázquez forma parte de los conselleiros con mayor recorrido político y eso, en el contexto de un Gobierno de coalición, le obliga, a su pesar, a actuar de contrapeso tanto dentro como fuera del Gobierno presidido por Emilio Pérez Touriño. Médico de profesión y con una década de experiencia al frente de la alcaldía de O Carballiño —que abandonó para optar a un escaño en el Parlamento de Galicia— acaba de cumplir 50 años. Cambiar la política medioambiental de Galicia es ahora su gran reto
Es el conselleiro que más ha entrado en el cuerpo a cuerpo con el PP en el Parlamento. Y lo sabe. Por eso no extraña a nadie que la primera protesta organizada promovida por los conservadores en la Cámara autonómica le haya tenido a él como objetivo.
–Hombre, yo creo que hay una primera fase que es no dejarte nada en el tintero. Y en el Parlamento a mí, lo reconozco, me gustan las comparecencias con corazón. No podemos ir allí a hacer fair play sino a decirnos las cosas; es donde hay que decirlas. Me parece mucho más leal y más honesto dar la cara en una tribuna parlamentaria, donde el adversario político tiene derecho de réplica, que andar mandando puñales a través de titulares. Yo soy de los que propugnan un Parlamento vivo, con cabeza, pero con mucho corazón.
–¿De verdad la Consellería era una herramienta de control?
–Lo dije y lo mantengo. Yo creo que durante los últimos 16 años el PP convirtió no sólo la Consellería, sino el Gobierno y las Diputaciones, más en un sistema de controlar este país que de desarrollarlo. En Medio Ambiente es excepcional la obra que tenía un criterio técnico. También las habrá, pero cuando uno analiza la relación de obras, ve que seguía un criterio absolutamente político. Yo parto de la base que los ciudadanos que eligen alcalde al PP o al PSOE tienen las mismas necesidades y no es normal que el 100% de las obras se las llevasen los Ayuntamientos del PP. A eso es a lo que nunca tendremos que volver.
–Ha prometido en el Parlamento una Ley de Protección del Paisaje, pero para cuando esté aprobada a lo mejor ya tenemos todos los horizontes de Galicia ocupados por molinos de viento. ¿A qué va a obligar esa ley? ¿O será una más de las muchas en vigor que luego no se aplican?
–Uno de los desafíos es hacer normas operativas. Nosotros tenemos este lunes una reunión con todas las operadoras de eólicas en la que vamos a buscar propuestas de diálogo para decir: eólicas sí, pero no en cualquier sitio. Lo sorprendente es que este país no tenga un plan de ordenación de los recursos naturales en el que, de la misma manera que tenemos una ley del suelo, tengamos una especie de ley del suelo del hábitat y de la atmósfera. Va a haber una ley de paisaje, pero más inmediatamente la limitación de espacios en los que no va a haber eólicas. Esto no lo queremos imponer; lo queremos negociar con los propios segmentos industriales de eólica. A mí, si para algo me ponen aquí, es para hacer desarrollo sostenible y no podemos producir energía a cualquier precio. Eso va a ser lo que rompa con la época anterior y ahí me comprometo claramente: donde tengamos dudas razonables no podemos tener parques eólicos.
–¿Cómo salvar el paisaje?
–Hay precedentes, por ejemplo en Cataluña. Lo que tenemos que delimitar son determinadas zonas en las que el paisaje forma parte de la idiosincrasia de este país. Y la clave no es tanto hacer la ley del paisaje sino cómo hacemos una ley de paisaje y que el ciudadano pueda seguir viviendo allí. Tenemos que buscar el modelo sostenible de gestión. Aquí, en Galicia, todos estamos preocupados porque hay muchos espacios que, si alguien no interviene, dentro de poco habrá canteras, eólicas... Y cuidado, que se nos viene encima el megavatio fotovoltaico, que requiere una hectárea de placas. Alguien tiene que regular eso.
–Prometió medidas urgentes contra la sequía y resolver el problema para el próximo año.
–La semana que viene licitamos obras. ¿Dónde tenemos problemas estructurales de sequía? En aquellos lugares donde pasamos de 15.000 habitantes en invierno a 100.000 en verano: Salnes, Baiona, O Grove, Foz, Cervo, Burela… La costa, fundamentalmente. Primer objetivo: crear circuitos estables de gestión integral del agua en toda la costa. Segundo: garantizar las soluciones de conjunto. No puede haber 315 soluciones de abastecimiento, sino propuestas integrales. El gran problema de Galicia fue que aquí cada uno, con Augas de Galicia de cómplice, diseñó fórmulas absolutamente individuales. En 2006 y 2007 las principales obras de abastecimiento van a ser estructurales. ¿Y qué criterio vamos a seguir? Muy fácil, el número de habitantes. Vamos a empezar de más a menos. Es malo que alguien se quede sin agua, peor es más razonable que se queden sin agua 1.000 que 100.000, por eso vamos a fijar un criterio por horquillas de población.
–Estamos en cifras muy bajas en espacios protegidos (menos del 2% en parques naturales y del 12% en la Red Natura).
–Es aún mucho peor de lo que parece: en realidad ni el 2% tenemos en parques naturales porque la mayor parte no están ni en la fase del plan de ordenación. Si consiguiera en estos cuatro años demostrar el desarrollo y la sostenibilidad ciudadana en estos parques naturales, y consiguiera una red gallega de parques, sería la mejor herramienta para que el ciudadano entiende que vivir en ellos no es malo y facilitaría el camino hacia más parques naturales. Vamos a dedicar el esfuerzo a conseguir que el que vive en un parque natural entienda que le toca algo positivo.
–¿Cómo?
–Con recursos económicos. Como hacen otras comunidades. Con la puesta en valor de la sostenibilidad en los espacios. Baleares lo está haciendo y el 24% de su territorio son espacios naturales.
–Sogama está desbordada, tiene un exceso de 200.000 toneladas, pero firma un convenio para añadir la basura de Nostián.
–Son cosas distintas. Sogama usó un modelo de mucha incineración y nosotros decimos que, una vez que está en velocidad de crucero, vamos a ir otra vez a criterios de separación. En Sogama se pone en marcha una planta nueva que va a aprovechar el modelo de biomasa, fundamentalmente orgánica y forestal. Eso descongestiona una buena parte de Sogama, pero para eso hay que trabajar y separar. Nostián va a formar parte de un conjunto de decisiones en las que evidentemente nosotros tenemos que conseguir que se asuma que al final todo el mundo tiene algo que hay que llevar a algún sitio. Pero nosotros mismos estamos diseñando Sogama para que las medidas de reutilización, de reclasificación, mejoren muchísimo, con los cual no vamos a tener problema. El problema más bien es de país, donde a un ritmo de crecimiento del 5 o el 4% de basura, un ritmo absolutamente elevado, en un año o dos años tenemos que dar alternativas. Y es ahí donde entran el Plan Gallego de Residuos, la modificación de la ley y la segunda planta que tenemos que crear y que veremos dónde la creamos, claro.
–Habla de cambio de modelo...
–Para empezar, reciclar y poder separar.
–Lo digo porque la experiencia de Nostián, que es la que más ha apostado por reciclar, separar en origen y compostar, ha fracasado.
–Yo no lo entiendo como un fracaso. Lo que si sé es que hay grandes dificultades porque la administración autonómica fue absolutamente injusta con Nostián. Y con Lousame, que es el otro centro de compostaje, porque se le negó absolutamente todo. No olvidemos que Sogama funciona a raíz de unas inversiones públicas milmillonarias. Y sin embargo en Nostián nunca la administración autonómica se esmeró. Desde el Ministerio y desde la Consellería vamos a abrir líneas de colaboración económica muy importantes que van a significar mejoras en el modelo de gestión. Y a partir de ahí lo que no cabe duda es que el compostaje, cuando se hace bien, y se hace con condiciones técnicas adecuadas, es un modelo que está en uso. Nosotros confiamos, en un horizonte razonable, conseguir optimizar los recursos de Nostián, pero evidentemente la administración tiene que implicarse ahí, tiene que echar una mano, no como hasta ahora, que lo que hacían era boicotear y bloquear absolutamente todo lo que hacían.
–¿Qué haremos con lo que no se pueda reciclar? ¿Seguiremos quemándolo?
–Con el resto viene el gran debate. Cuando hagamos la segunda planta de Galicia —lo normal sería crearla en el sur— nos damos un año para ver qué fórmula empleamos. Yo me atrevería a decir que no va a ser incineración. Lo digo porque ya hay tecnologías que estamos sopesando que no hablan de incineración. En Japón están usando modelos de vitrificación y de plasma. En Estados Unidos hay otros modelos distintos. La tecnología cada dos años es revolucionaria. Nos damos un plazo de un año para visitar lo más avanzado. Y lo que puedo decir es que en un año vamos a optar por la última tecnología a nivel mundial. Y lo vamos a hacer en complicidad con los colectivos medioambientales, con las universidades y con los ciudadanos a través de la federación de municipios.
–¿El cambio de modelo va a afectar a la participación de Fenosa en la parte empresarial?
–Esa es otra decisión que habrá que tomar. Sé que es una decisión que preocupa en sectores empresariales, pero yo no me atrevo ahora a decir cuál va a ser el modelo. Más allá de que Fenosa participe o no participe, parece que sería razonable, si tenemos que cofinanciar o que tener una empresa mixta, que los gestores de los residuos tuvieran oportunidad de participar en esa empresa. Dicho de otra manera: cuando una de las finalidades de Sogama a través de la incineración era la producción energética, puede ser razonable que Fenosa tenga una parte ahí. Cuando probablemente la producción energética no va a ser uno de los modelos finales de gestión, tampoco sería muy lógico que Fenosa siga estando ahí. Si la Xunta decide abrir ese melón y que formen parte de él empresas privadas de gestión de residuos, lo normal será que las empresas del sector tengan la oportunidad de estar ahí, porque realmente formarían parte del gran ciclo, y no Fenosa.
–La Xunta puso fecha la cierre de los vertederos en 2001. Hoy sigue sin conseguirse ese objetivo. ¿Cuando desaparecerá el último?
Nos quedan del orden de 110 y en estos cuatro años tiene que quedar absolutamente rematado. Los alcaldes tienen que entender que no puede haber ya vertederos, pero al mismo tiempo tienes que darles una herramienta para que eso no multiplique el coste de la basura por diez. Y hay que hacerle llegar al ciudadano que esto tiene un coste y que lo tenemos que repercutir. Y es muy difícil entender que haya ayuntamientos en los que no se paga la recogida de la basura.
–Saneamiento y depuración son, ante todo, un problema financiero. ¿Cómo pagar lo que falta por hacer?
–Lo primero es decirle a los ciudadanos la verdad, cosa que no es fácil. Tenemos que reconocer, como administración pública, que el 40% de este país vierte directamente sus aguas residuales a ríos y rías, con lo cual la propia administración, a través de los municipios, somos el principal contaminante. Y, en segundo lugar, tenemos que buscar acuerdos. Yo creo que lo normal sería que Ayuntamientos, Diputaciones y Consellería firmásemos un gran acuerdo por el agua. Voy a tener una reunión con la Fegamp y esta va a ser la filosofía. No puede ser que Augas de Galicia le haga el abastecimiento a un Ayuntamiento que dedica sus recursos a las fiestas patronales. Tendremos que buscar una coparticipación y, entre todos, en cuatro años le daremos la vuelta a este país.
–Cuando estaban en la oposición se oponían al canon de saneamiento. Pero ahora, en el Gobierno, lo mantienen.
–El Partido Socialista —y yo el primero— nos opusimos a la opacidad del canon. Y nos opusimos a una cosa que me toca desenmadejar a mí, que es que pagara el canon el que no tiene saneamiento. ¿Hasta ahora qué pasaba? Que los que menos recursos teníamos, que éramos la Galicia interior, pagábamos un canon de saneamiento cuando no lo teníamos. Y ese dinero se gastaba en hacer saneamientos a las ciudades que más recursos tenían. Eso es lo que vamos a corregir.
–¿Qué diferenciará el nuevo Plan Hidrológico del actual?
–Lo vamos a revisar con una proyección de gestión integral del agua; hasta ahora se hacía la gestión por cuencas, donde cada cosa iba aislada. El gran cambio va a ser que tenemos que entender Galicia como una unidad de cuenca. El Plan Hidrológico es una herramienta compleja que tiene muchas fases. De hecho, hemos suspendido los aprovechamientos hidroeléctricos en trámite porque primero hay que garantizar los consumos humanos, luego la preservación del medio ambiente, y en tercer lugar, si además eso da para aprovechamientos energéticos, lo aprovechamos. Aquí se subvirtieron absolutamente los términos, empezamos al revés: se ponen aprovechamientos hidroeléctricos que impiden el consumo humano y se ponen consumos humanos que lo que hacen es castigar terriblemente el medio natural. Lo que hay que hacer es reorganizar el proceso con sentido común: aprovechamiento humano, recursos naturales y, si queda, aprovechamientos energéticos; más bien queda poco para eso.
–¿Habrá concesiones eólicas para los perjudicados?
–Galicia tiene un número, que no es pequeño, de concesiones firmes de aprovechamientos hidroeléctricos que aún no están en construcción y que tienen unos márgenes que pueden rondar los cinco años. Yo creo que no suena mal —una vez que el plan de energías renovables le adscribe a Galicia un número importante de megavatios— por lo menos sopesar la idea de permutar, al que tiene concesiones en firme, energía hidroeléctrica por eólica. Si de eso se derivase una mayor protección medioambiental, creo que no sería una mala idea. Lo esbozo como un campo de trabajo que hay que explorar. En todo caso, quede clara una cosa: si no buscamos acuerdos, hay no menos de 14 minicentrales que en cualquier momento pueden iniciar su construcción, con todo lo que se deriva de perjuicios para el medio ambiente.

Monday, November 07, 2005

Alfredo Suárez Canal: “Estudiamos medidas fiscais para que saia caro ter a terra improductiva”

© Tucho Valdés


Asegura que foron motivos de responsabilidade histórica co nacionalismo os que lle levaron a reconsiderar a súa firme decisión de abandonar a primeira liña da actividade política despois de moitos anos de traballo no Parlamento de Galicia. Hoxe, dende o seu despacho como conselleiro de Medio Rural, Alfredo Suárez Canal (Allariz, 1951) afirma tallante que non ten variado os seus puntos de vista. Incluso dende San Caetano, segue convencido de que Galicia perdeu moitas oportunidades durante os últimos anos
–Que foi o que lle decidiu a alterar a súa decisión firme de abandonar a política activa e regresar ao mundo profesional?
–En primeiro lugar, o cambio das circunstancias. As suxestións e múltiples peticións que se me fixeron decíndome que era un momento histórico para o nacionalismo e que todas as persoas que podiamos aportar algo era importante poñernos ao servicio da organización. Despois de darlle moitas voltas acabei decidindo que o momento histórico merecía facer unha reconsideración e volver ó primeiro plano da vida política, porque a política nunca pensei en deixala.
–Comprende mellor agora aos seus antecesores ou sinte que se quedou curto cando os controlaba dende a oposición?
–Son cousas totalmente distintas. Ter a capacidade de actuar na realidade e non só de controlar, como facía antes, pon de manifesto que se deixaron de facer moitas cousas. Ao ver un pouco como está a situación e as posibilidades que houbo durante estos anos, a cantidade de recursos que se recibiron da Unión Europea e o resultado que se ten acadado no medio rural, un do que é consciente é de que se deixaron de facer moitas cousas.
–Perdéronse moitas oportunidades?
–Neste momento non se pode dicir que sexa unha actividade para botar foguetes. Nin a xente que está nela, que moitas veces se dedica case como unha carreira de obstáculos, nin a propia sociedade que percibe nestes momentos o rural galego con unha expectativa de futuro. E iso contrasta cun enorme potencial que hai en Galicia e coa cantidade de recursos que se estiveron recibindo durante moitísimos anos. Efectivamente, algo non se fixo ben durante este tempo.
–Estreouse cunha das peores vagas de incendios forestais dos últimos anos. Déixeme comentar, porque é de xustiza, a decisión de publicar fielmente os datos que o Goberno anterior ocultaba.
–Era unha obriga que a xente coñecera a magnitude do problema, que non se producira ningún tipo de ocultamento, que se soubera cantos incendios hai, cuanto se queima. Do que non somos responsables é do tratamento informativo que os medios lle deron á nosa información. Unha maneira de axudar a que a xente conoza en profundidade a magnitude do problema é que teña os datos concretos. Eso, dende logo, foi un compromiso que adoptamos dende o inicio deste mandato.
–Galicia, vostede teno dito, non pode permitirse gastar 70 millóns en recursos de extinción e asumir perdas de 10 millóns ao ano por culpa dos incendios. Pero tampouco se pode descuidar.
–Que Galicia non se pode permitir gastar ano tras ano 70 millóns de euros en extinción, adicados exclusivamente a apagar incendios, é a expresión dun principio. Entre outras cousas porque é un gasto enorme que non se utiliza para producir riqueza. Pero somos conscientes de que o dispositivo, durante un tempo, mentres non sexamos capaces de reducir o número de incendios de forma significativa, terá que seguir sendo operativo. Agora, eso traduce unha idea: paulatinamente haberá que ir drenando recursos, efectivos humanos e moitos dos medios que se dedican á detención de incendios para destinalos a valorizar o monte e á prevención. Porque pensamos que eso é o que en realidade xenera riqueza, valoriza o monte e acaba producindo un resultado para o país positivo en termos de renda e de aproveitamento forestal.
–Como e cando pensan conseguilo?
–Como son medidas estructurales, nós dende logo pensamos que o que se van a ir notando son cambios de tendencia e que, ó final da legislatura, será percibido xa de forma significativa un cambio claro da tendencia. O que se trataría sería primeiro de políticas que puxeran en valor o monte hoxe improductivo, que é moito. O fundamental vai ser poñer en producción o que non está en producción. Vamos intentar, en colaboración coas comunidades de montes, ir poñendo en marcha ordenación para todos os montes que estén dispostos a facelo. E tamén reestructurando un pouco a estructura para facela xestión do monte máis viable dende o punto de vista económico. Vamos a intentar tamén facer proxectos importantes onde se combine o aproveitamento forestal co gandeiro, de tal maneira que haxa unha diversidade que poda propiciar que os pastos podan servir mesmo coma cortalumes. Vamos a intentar tamén preservar os núcleos de poboación obligando á xente a que realmente teña que ter as teras limpas, sobre todo as que está próximas ás poboacións. En definitiva, vamos a actuar para que o monte que está a monte, valga a redundacia, deixe de estalo. Eso creo que é o aspecto fundamental. Aí hai unha enorme riqueza e Galicia ten ademais un enorme potencial forestal e o que hai é que poñelo en valor, dedicarlle a eso esforzos actuando sobre a estructura da terra, sobre a estructura da propiedade, en contacto coas comunidades de montes e actuando sobre todo cunha ordenación que permita poñer todo eso en valor.
–Pensan nunca normativa específica, a través do banco de terras.
–Si. O banco de terras vai ser ademáis unha actuación transversal da Consellería. Non só vai servir para os recursos forestais senon tamén para toda a actividade agrogandeira. Pense vostede que hai técnicos que din que Galicia ten un potencial para o aproveitamento agrogandeiro tres veces superior ao que hai hoxe. Dito doutra maneira: só un tercio da superficie agraria útil galega está hoxe en producción; o resto non se utiliza para a producción agrogandeira. Moita dela está totalmente inculta, improductiva e hai que rematar con esa situación. Galicia non se pode permitir o luxo de ter unha parte importante da súa superficie agraria útil practicamente improductiva. E nós queremos actuar, queremos actuar facendo que a xente que ten a superficie agraria útil, a xente que ten monte totalmente abandonado, lle sexa custoso telo e que por tanto estea motivado a aportar esas superficies a un banco de terras que permita incrementar a base da terra de moitas explotacións. En explotacións leiteiras a capacidade de ter máis imputs propios en base á superficie forraxeira, nos montes a posibilidade de facer un aproveitamento forestal con economías de escala. E eso hai que conseguilo decíndolle á xente que ten superficie improductiva primeiro que lle vai a ser costoso, por distinto tipo de medidas, non descartamos incluso as fiscais, pero pode haber outro tipo de medidas, que efectivamente fagan costoso ter a terra totalmente improductiva, dándolle a garantía ademáis de que a administración asegurará que cando esa persoa queira poñer outra vez a súa terra en producción non terá dificultades para podelo facer e dándolle ademais a garantía de que ó mesmo tempo tire tamén beneficios. Hai que facer un cambio na estructura do aproveitamento agrario en Galicia e iso ten que ter un instrumento no banco de terras.
–En moitos asuntos, Galicia conta cun escaso marxe de manobra, especialmente en sectores como o do leite. Hai outro camiño que non sexa o abandono das explotacións?
–Nós pensamos que é necesario que haxa outro camiño, porque a contracción que sufriu o sector lácteo galego nos últimos quince ou vinte anos é de proporcións alarmantes. Pasamos seguramente de máis de 120.000 explotacións fai quince ou vinte anos a ter na actualidade entre 15 e 16.000. Non se pode soportar máis. Efectivamente, a política agraria común impón restriccións e limitacións importantes. A Galicia lle impediu crecer no terreo da producción e non significou en moitos casos nin siquera un incremento de renta agraria final, e nin sequera houbo cambios significativos na renda agraria por ocupado, o cal significa que esta contracción non significou unha dignificación da xente nos seus salarios e nas súas rendas. A eso é ao que hai que dedicar esforzos, a facer que as explotacións medianas en Galicia sexan viables incluso no monocultivo lácteo. E ter un horizonte tamén de que Galicia ten que aspirar a seguir crecendo na producción láctea. O Estado español hoxe é deficitario en producción láctea, estamos importando seguramente a cuarta parte dos productos lácteos que se consumen no Estado. Eso, aparte de ser inxusto, está lastrando de forma moi significativa o feito de que moitas explotacións poidan acadar unha dimensión que as faga consistentes. Por aí debemos de traballar tamén, para incrementar a cota, e intentar implementar modelos de aproveitamento en base á terra, a incrementar a superficie forraxeira, a economías de escala que permitan a colectivización de maquinaria e incluso de elementos administrativos que poñan as explotacións galegas nunha situación de que, mesmo no momento en que se produza a eliminación das cotas que seguramente se producirá dentro da política agraria, estean en mellores condicións para competir.
–A agricultura galega segue a perder peso en termos de PIB e de poboación activa e iso tense presentado como un indicador de modernización. Vai continuar esa tendencia?
–Eu non comparto que é un síntoma de modernidade un medio rural raquítico. Todos os países potentes na segunda metade do século XX, moitos dos que aínda siguen sendo hoxe potentes, non acreditaron nunca nesa filosofía e teñen un potente medio rural, aproveitando as súas vantaxes comparativas, porque na situación en que está o mundo é moi importante na xeopolítica asegurar para os seus cidadáns a soberanía alimentar. En Galicia, cun enorme potencial e cunha diversidade riquísima en productos da horta, en productos gandeiros, no leite, en denominacións de orixe, sin embargo hoxe se está imortando alimentos e na balancza comercial alimenticia Galicia é enormemente deficitaria. Nós aspiramos a corirxir eso.
–Que vai facer coa Sociedcade para o Desenvolvemento Comarcal e as súas Fundacións?
–A Sociedade de Desenvolvemento Comarcal e toda a estructura do desenvolvemento rural nós xa dixemos no seu día que era unha auténtica administración paralela cunha dudosísima utilidade. Nós pensamos reorientar todos os efectivos que hoxe están destinados ao desenvolvemento rural para que cumplan efectivasmente esa función, que non sexan administración paralela nin chiringuitos. Ten que pasar da época de facer estudios, análises e documentos a ser algo operativo sobre a realidade. Hai enormes recursos humanos que se teñen que poñer en ese dirección. As fundacións para o desenvolvemento comarcal en moitos casos tiveron unha funcionalidade máis de administración paralela —non todas pero si moitas— que de instrumentos operativos sobre a realdade socioeconómica. Pense vostede que se ían creando centros comarcales que eran edificios que costaban moitísimo diñeiro ao erario público e moitos deles son autenticamente inútiles ou inoperativos. Hai outros que non, pero algunos teñen unha dudosísima utilidade. Nós eso xa o paralizamos tamén ó inicio da lexislatura. Non se pode seguir despilfarrando diñeiro. As fundacións de desenvolvemento comarcal ou teñen unha funcionalidade nese sentido, ou dende logo nós non pensamos que podan seguir tendo o apoio da Consellería.
–A Consellería facía investimentos en piscinas. É tan chocante que roza a malversación de fondos…
–Non, malversación de fondos non, porque se fixo conforme á legalidade, pero realmente choca moitísimo nunha Consellería que ten que ter un dinamismo fundamental de cara ao medio rural, sobre todo coas carencias que hai hoxe no mundo rural galego. Nós non decimos que esas obras non sean necesarias nos concellos, pero dende logo non se poden imputar á actividade da Consellería de Medio Rural. Nese sentido queremos reorientar a política de investimentos na Consellería. Os investimentos teñen que estar destinados a dinamizar o tecido productivo, a fixar poboación ao campo, a dar expectativa de futuro, a crear rendas dignas. E dende logo pensamos que as infraestructuras que se fagan teñen que ter esa dirección. Polo tanto, non deben ter cabida nos investimentos nin piscinas nin prospeccións para campos de golf, nin restauración de núcleos de cascos históricos, nin aceras en núcleos urbanos, nin plazas públicas, que de todo houbo nas obras que acabamos de suspender.
–As vacas tolas desataron unha sicose que pagaron os productores. Hoxe, sen un só caso, vivimos algo parecido coa producción avícola. Estase xestionando ben esta crise?
–Esta crise ten dous escenarios e as claves dun deles a nós escápasenos. Os escenarios internacionais, que acaban producindo efectivamente algúns comportamentos de reacción na cidadanía que a veces teñen compoñentes irracionais. Estamos aplicando en Galicia todas as directrices. Galicia está nunha zona que ningún organismo internacional identifica como de risco; polos nosos territorios as aves migratorias pasan en pequeña cantidade e as que o fan non proveñen de zonas de risco. Se a eso lle engadimos que tanto nos aspectos da sanidade animal como nos aspectos da sanidade para os humáns se están tomando todas as medidas de precaución,, temos que invitar á xente a que teña un comportamento de racionalidade.
–Co peche de mercados, non se está penalizando ós pequenos productores frente ás granxas?
–O que hai que ter en conta é que hai decisións que se toman en organismos internacionais que non aplicalos pode ser contraproducente para os productores. Vostede saben que neste momento a xente é moi sensible a calquera noticia e non creo que fose nada oportuno que houbese algún tipo de noticia que puidese traducir que en Galicia non se están tomando as medidas que aconsellan os organismos internacionais. Se están tomando as medidas máis beneficiosas tamen para o sector. Neste tipo de actuacións son normativas que son positivas para reducir os riscos e traducir a imaxe de que se cumple con esas decisións.

Sunday, October 30, 2005

José Ramón Fernández Antonio: “Mantenemos abierta la posibilidad de crear una nueva modalidad de juego"

© Jorge Leal

El conselleiro de Economía del Gobierno bipartito es un economista vigués de 52 años fichado para la política gallega por el presidente de la Xunta directamente desde la nómina de directivos de Auna. José Ramón Fernández Antonio no lo duda: el proyecto de presupuestos para 2006 es el del cambio y no una simple transición entre dos modelos. Por eso, entre otras cosas, enfatiza, incluye un registro público de ayudas, subvenciones y convenios, se publican los fondos destinados a las entidades locales y se obliga a justificar las modificaciones de crédito, todo ello sin necesidad del “cajón de sastre” de la antigua ley de acompañamiento

“Son los presupuestos del cambio”, afirma sin reservas, porque “incorporan los objetivos que figuran en el discurso de investidura del presidente y en el programa de Gobierno.
–Pero Fraga dejó comprometidos hasta 2009 3.800 millones que equivalen a un tercio de un presupuesto anual ordinario.
–Sí… De todas maneras nosotros hemos puesto el acento en ser más eficientes y en incluir, en el presupuesto del año 2006, los objetivos del programa de Gobierno y del discurso de investidura del presidente del Gobierno. Los definimos como los presupuestos del cambio, de la innovación, del crecimiento, de la educación, el empleo y el compromiso social.
–¿Cómo se explica que haya 450 millones de fondos europeos pendientes de cobro?¿Cómo es posible que no se sepa su origen ni, lo que es más grave, su grado de cobrabilidad?
–Yo creo que las normas contables están para cumplirse, como cualquier otra norma. Y en el tema del rigor presupuestario sin ninguna duda se deben de cumplir. Lo que ha pasado con la rendición de cuentas del Gobierno anterior es que no se respetaban las normas de contabilidad pública y se generaban una serie de ajustes en el remanente de tesorería que desfiguraban la cifra que sale aplicando los criterios contables públicos. La contabilidad actual no permite conocer la antigüedad de los saldos pendientes de cobro y, por lo tanto, nosotros queremos incorporar rigor y claridad para saber qué antigüedad tienen y qué grado de cobrabilidad tienen esos saldos. Lo que existe es una incertidumbre respecto a la cobrabilidad de los saldos, lo que no quiere decir que no sean cobrables.
–¿Se resolverá esa incertidumbre con la investigación que han anunciado?
–Hemos querido que sea una comisión de expertos la que dictamine sobre la situación de las cuentas. Nosotros no queremos centrarnos en el análisis del pasado, creemos que es mucho más importante que una comisión técnica, de expertos independientes, nos dé una imagen fiel de la situación económico-financiera de la Xunta. No sólo de la situación a 31 de diciembre de 2004 sino también del año 2005. Por lo tanto hemos fijado un informe previo a principios del año 2006 y el informe definitivo en el mes de abril.
–Dice usted que la economía gallega crece, pero no lo suficiente. En 2006 quieren variar la tendencia duplicando la creación de empleo y convergiendo con Europa y España. ¿Cuál es la previsión para la legislatura?
–Hay un compromiso de Gobierno de crear 140.000 puestos de trabajo a lo largo de la legislatura y es un compromiso firme. Lo que hemos hecho este año es concretar ese objetivo con el presupuesto 2006. Galicia tiene un problema importante de empleo —lo hemos señalado insistentemente— que está vinculado al crecimiento económico. La participación gallega en el empleo español ha descendido en los últimos años: estaba en un 7,3% en el año 96 y es un 6% en el 2004; hemos perdido 1,3 puntos. La tasa de paro, relacionada con lo anterior, que en el 96 estaba en Galicia por debajo de la española, se ha invertido y en este momento la gallega (el 11,1%) rebasa la de España, que es del 9,3. Tenemos un objetivo de que la tasa de paro disminuya un 10% a lo largo de 2006 y se sitúe en un 10%.
–Si estos años perdimos peso en el PIB y no creamos empleo suficiente, ¿hemos dilapidado los fondos europeos? ¿Qué hemos hecho mal?
A mí no me gusta insistir en el pasado. Prefiero decir que queremos cambiar la tendencia, crecer más, crecer mejor, utilizar mejor los fondos comunitarios, y yo creo que en ese sentido hay todos unos objetivos que hemos señalado y que quizá no es malo en este momento recordar. El primero es el de la modernización económica y el crecimiento. En relación con ese objetivo insistimos en la sociedad de la información, en la investigación, el desarrollo y la innovación, planteamos como un tema fundamental la apuesta por la educación y la formación de capital humano —que está relacionado con el anterior y con los nuevos sectores económicos que cada vez más demandan mano de obra o trabajadores con buen nivel formativo—, insistimos en centrar esfuerzos en infraestructuras vinculadas básicamente a los principales cuellos de botella y tenemos una cantidad importante de ayudas a la modernización de las empresas. Nos parece que esa dinamización económica va a ser un elemento fundamental para el desarrollo económico y muy especialmente para la creación de empleo, que es el otro objetivo fundamental de los presupuestos. Crecimiento económico, convergencia con España y con Europa, creación de empleo y políticas sociales vinculadas a la mejora de la sanidad.Y al lado de ese crecimiento económico y estos temas vinculados al empleo y a la sanidad, le damos una gran importancia al resto de las políticas sociales. Y, por último, hay un objetivo vinculado al reequilibrio territorial, a asegurar que no se generan dos Galicias a velocidades distintas, sino que la Galicia interior, con menos desarrollo económico, tiene también una atención dentro de los presupuestos y en las actuaciones de la administración.
–Aunque usted sea optimista, lo cierto es que el retraso del presupuesto de la UE nos condena a quedar fuera del futuro de los fondos europeos.
–El nuevo marco financiero para el periodo 2007-2013 está pendiente de elaboración. Nosotros pensamos que es posible que ese marco se prefigure antes de que finalice este año y, en todo caso, nosotros —y a través de la administración central— vamos a tratar de defender la posición de Galicia para que se mantenga dentro del Objetivo 1. Y hay otro tema muy importante, que nos parece clave, que es que hay determinado tipo de políticas de ayuda en la Unión Europea, más vinculadas a sectores de futuro y de innovación, en cuya búsqueda Galicia debe de ser más eficiente, tanto en su creación como en su gestión. Eso nos permitirá obtener más recursos y poner el acento en ayudas al crecimiento económico y al apoyo a sectores de futuro. Estoy pensando en todos los temas de innovación, de investigación y desarrollo, de telecomunicaciones. Hay ejemplos europeos muy importantes —se cita muchas veces Irlanda— que han utilizado los fondos europeos como una palanca para el crecimiento económico, cosa que desgraciadamente en Galicia no se ha hecho en los últimos años. Se ha disfrutado de muchos recursos, pero eso no ha sido una palanca que haya permitido incrementar el crecimiento. Es muy importante la cuantía, pero es muy importante el destino de los fondos y que sirvan como palanca de desarrollo.
–Atrévase a anticipar, en términos de convergencia, desempleo e inversión en I+D, la situación de Galicia en 2010, cuando haya que hacer balance de la agenda de Lisboa.
–La agenda de Lisboa lo que plantea es una Europa a la cabeza del mundo en crecimiento y productividad, basada en la sociedad de la información y del conocimiento. Hoy Galicia se encuentra retrasada en ese terreno y, cuando hablamos de convergencia y de impulso de los sectores tecnológicos y de la educación, estamos pensando en que Galicia se sitúe en esa dinámica de ir más deprisa para ganar puestos en el ranking europeo.
–No han tocado la fiscalidad. ¿Les gusta el modelo del PP o lo dejan para otro momento?
–Hay todo un debate abierto a partir de la Conferencia de Presidentes acerca del modelo de financiación autonómica en el que Galicia va a estar. Ya lo ha estado con el modelo de financiación sanitaria, en un papel de liderazgo defendiendo sus intereses. Y ahí defendemos un marco multilateral de revisión del modelo. Es a la luz de esas discusiones que tenemos que entrar a la revisión de las diferentes figuras tributarias, cada una de las cuales deberá tener en su caso una revisión específica.
–Se lo preguntaba más por el margen de maniobra que la Xunta ya tiene, por ejemplo, para fijar desgravaciones en el tramo gallego de IRPF.
–En este momento no tenemos previsto ningún cambio en ese marco y además yo creo que es bueno que ese tipo de actuaciones se hagan conociendo lo que hacen otras comunidades. Estamos hablando de un marco en el que no es neutral las posiciones de cada una de las autonomías.
–¿Cómo van a atender a los transportistas para que no paguen el céntimo sanitario?
–Es una negociación que ha llevado la administración central. Hace unos días se cerró un compromiso para elaborar una nueva ley del impuesto de hidrocarburos. La nueva ley está previsto que incorpore un nuevo apartado para el gasóleo con destinos profesionales y mientras esa ley no esté elaborada ninguna comunidad tiene capacidad para incidir en ese impuesto. De manera que tendremos que esperar a esa ley y en el momento en que esté aprobada tomaremos las decisiones oportunas.
–Sus antecesores impulsaron una nueva modalidad de juego aún por desarrollar.
–En la ley de presupuestos mantenemos abierta esa posibilidad.
–Pero sin una previsión de puesta en marcha...
El presupuesto tiene un carácter de pre-supuesto (sonríe) y hemos dejado esa posibilidad abierta para el ejercicio que viene.
–Antes criticaban las autovías en régimen de concesión, ahora las asumen. ¿Cómo
explicarlo?
—Tenemos que construir sobre lo que ya existe. Por lo tanto, en este tema, nuestra política tiene que partir de la situación actual. Yo creo que es muy discutible que en vías de carácter estatal se haya entrado en una inversión desde la comunidad autónoma con fórmulas como las que se han utilizado, pero en todo caso son proyectos en marcha y yo creo que lo que debemos de hacer es terminarlos.
–¿Tiene sentido subvencionar peajes y líneas férreas deficitarias?
–Esto nos lleva a la discusión sobre los servicios públicos y los derechos. El sector de transportes es un servicio público, yo lo concibo así, y tiene que haber una actuación igualitaria y de servicios básicos. Yo creo que el derecho a la movilidad, el derecho al transporte, tiene que ser garantizado. Desde esa perspectiva, pues claro que puede haber líneas que desde el punto de vista comercial no sean rentables pero que se deba asegurar la movilidad de los ciudadanos.
–Usted formó parte de la comisión de expertos sobre el futuro del ferrocarril en España. ¿Se van a cumplir los plazos?
–Desconozco en detalle cómo está la ejecución de los proyectos, pero hay un elemento básico: desde que se decide hacer algo hasta que se empieza pasan unos plazos mínimos. Había un gran retraso en muchos proyectos por parte de la administración anterior y yo creo que el Gobierno central, ya desde el año 2004, ha iniciado un proceso de acelerar esas actuaciones, pero todavía en algunos de ellas es muy difícil que las cuantías importantes de inversión se puedan concretar. Esto es lo que explica que muchas veces parezcan cuantías pequeñas en los primeros años.
–¿El Estatuto catalán perjudica a Galicia?
–El Estatuto catalán plantea un esquema bilateral de negociación de la financiación. Yo personalmente creo que es mucho más lógico, en un esquema como es el Estado autonómico en España, tener unos mecanismos multilaterales de negociación de la financiación, y esa es la posición que voy a defender.
–Su vicepresidente [Anxo Quintana] no está de acuerdo. Él cree que ese modelo debería reivindicarse para Galicia.
–Yo insisto en que la mejor manera de abordar el tema de la financiación es sentados en una mesa junto a las comunidades autónomas. En función del grado de dinamismo económico y de riqueza debes de asegurar siempre la solidaridad como un elemento que asegure un nivel de prestación homogéneo de los servicios.
–¿Qué le parece entonces que diga que “debemos aprovechar la propuesta gallega para derribar la idea de que Galicia necesita de la caridad del Estado”?
–No estamos hablando de caridad, sino que para mí el criterio fundamental es la solidaridad y, en ese sentido, el papel del Estado, igual que le estamos pidiendo a la Unión Europea, es de reequilibrio territorial. Igual que lo estamos defendiendo para Galicia cuando hablamos de una política de reequilibrio para que no haya una Galicia de dos velocidades.
–Cuando mira a otros territorios, ¿en quién se fija más? ¿Cuál sería el modelo a seguir?
–El modelo es el modelo gallego. Nosotros tenemos nuestra propia realidad y tiene que ser un modelo de crecimiento sostenible, basado en nuestras propias peculiaridades. Está comprobado que es fundamental el incremento de la productividad como un elemento de aumento de la competitividad y, por lo tanto, de aumento de la posición económica de una región.Y quizá, como un elemento básico también, el desarrollo de una mentalidad de riesgo, una mentalidad emprendedora, que creo que es un elemento a incentivar.
–Dice usted que el mayor riesgo de una sociedad es carecer de personas capaces de tomar riesgos. ¿Eso es un tirón de orejas a los empresarios?
–Es tratar de animar a todo el mundo a que es fundamental generar nuevas actividades y perderle el miedo al fracaso. No pasa nada. En una sociedad más dinámica muchas veces asumir riesgos es muy importante; saber, cuando uno se cae, levantarse y continuar. Y probablemente la seguridad en si mismos: empezar los proyectos fáciles como si fueran difíciles y los difíciles como si fueran fáciles.
–Deben entonces intentarlo de nuevo las empresas que fracasaron en la operación Fenosa?
–Hablamos de empresarios, estoy absolutamente convencido y ya lo están haciendo, con el suficiente dinamismo y seguridad en sí mismos para seguir persiguiendo nuevos proyectos. Y por otra parte hoy los accionistas gallegos en Unión Fenosa tienen un peso relevante y lo van a seguir teniendo en el futuro.
–¿Cree en la fusión de las cajas gallegas a medio o largo plazo?
–Es viable y necesaria la actuación conjunta de las instituciones financieras gallegas apoyando proyectos clave para la comunidad. Esa línea de cooperación, de búsqueda de sinergias, de multiplicar los esfuerzos sumando voluntades, no de manera abstracta, en la colaboración en proyectos concretos es la línea en que hay que avanzar.

Wednesday, October 26, 2005

María José Caride: “No excluyo el uso de la dinamita para reponer la legalidad urbanística”

© Tucho Valdés

El hecho de que una mujer dirija la Consellería más influyente de la Xunta y que además carezca de peso orgánico dentro de su partido, en claro contraste con sus predecesores, José Cuiña o Núñez Feijóo, es toda una declaración de intenciones. Y ella es muy consciente: “Hay intención de que el peso político de la Xunta no recaiga sobre esta Consellería”. Y exclama: “¡Ya era hora de que el titular fuera una mujer! Y en un puesto de primera línea”, lo que no siempre ha ocurrido en el pasado. “Con este Gobierno hay un cambio relevante: varias mujeres ocupan consellerías complicadas, las que más recursos públicos consumen”


–Usted debe ser consciente de que el control de las excavadoras da mucho poder y, sobre todo, mucha influencia.
–Por supuesto. Esta Consellería ha tenido mucha influencia territorial, ha tratado de influir mucho. Los alcaldes lo que están pidiendo son obras, por eso si utilizas esta Consellería como una plataforma para hacer actuaciones claro que tiene mucho peso político. Lo que intentamos es hacer que parte de ese peso político deje de ser tan enfatizado en la dirección general de Obras Públicas.
–Viene usted de la Universidad y ya se lo están reprochando. Dicen que prefiere la reflexión a la acción. Desmiéntalo.
–En el Parlamento criticaron que tuviese una visión muy de estar dando clase, de estar estudiando las cosas y no hacerlas. Pero a esta Consellería lo que le ha faltado es reflexión. Es muy fácil tratar de actuar de forma directa, atendiendo a la petición concreta de un determinado territorio. Pero yo creo que hay una visión de conjunto que no se debe perder, no solamente del conjunto de las inversiones que hace la Xunta de Galicia, sino de todo lo que se está haciendo en Galicia, de las inversiones que hace Fomento, de cómo está la red de carreteras de las diputaciones, de los Ayuntamientos… Hay una visión de conjunto que en buena medida tiene que ver con cuál es el modelo territorial que queremos. Y esa es la gran asignatura pendiente de esta Consellería: no haber sabido determinar cuál era el modelo territorial que queríamos para Galicia, el modelo de país. Y ese es uno de nuestros retos.
–Quiero ahora que me diga, de verdad, si está en condiciones de mantener las promesas que hicieron sus antecesores. Dígame que en 2009 será posible viajar de A Coruña a Madrid en tren en 2 horas y 48 minutos.
–Bueno, yo no sé si en el año 2009 es posible, probablemente en el 2010 esperemos que sí. De hecho, desde la Xunta lo que vamos a hacer es tratar de poner todos nuestros esfuerzos para que el Ministerio de Fomento haga todo lo posible para que eso sea una realidad.Ojalá que sea en el 2010.
–Porque para el Eje Atlántico el plazo es menor. ¿Será posible que en 2007 podamos ir de A Coruña a Vigo en 49 minutos y de A Coruña a Santiago en 20?
–En ese caso, como en el otro, aunque la obra de infraestructura está mucho más adelantada —el Eje Atlántico finalizará mucho antes que la conexión en alta velocidad— lo cierto es que ha contado con algunos problemas de tramitación. Algunos de esos problemas están relacionados con la complejidad de las zonas por las que pasan, en concreto se concentran en la parte sur.
–El año que viene presentará un nuevo plan de infraestructuras. ¿Estamos llegando al final de las grandes infraestructuras públicas o de ese plan cabe esperar grandes anuncios?
–Cualquiera que recorra Galicia se da cuenta de que en los últimos años la mejora de las infraestructuras ha sido notable. En el eje atlántico, que soporta el 70% de la actividad económica de Galicia, a medio plazo probablemente habrá que buscar alternativas de trazado. Nos quedan todavía muchas cosas por hacer.
–¿En qué está pensando para el eje atlántico? ¿En autovías? ¿En ampliar la autopista?
–Podemos pensar en autovías diferentes… Yo estoy hablando de una hipótesis; espero que el plan de infraestructuras nos ayuda a delimitar por dónde deberíamos ir. Pensando en el tráfico que hoy en día tienen estas infraestructuras creo que es bueno tener encima de la mesa, como una idea de futuro, no como algo que vayamos a hacer dentro de tres o cuatro años, por dónde deberían ir las infraestructuras en el momento en el que las saturaciones de tráfico sean elevadas.
–¿Puede explicarme por qué son tan importantes las directrices de ordenación del territorio?
–Están llamadas a definir cómo se interrelacionan los distintos territorios según los movimientos socioeconómicos, culturales, que tiene la ciudadanía. No tiene sentido pensar que un municipio tiene un auditorio, un teatro, un museo, una piscina y el pueblo que esté al lado tiene que tener exactamente lo mismo.
–Ha prometió un plan para el litoral. ¿Queda margen para recuperar lo ya estropeado?
–Dar marcha atrás es tremendamente complicado. La reposición de la legalidad urbanística es compleja. Hay casos increíblemente duros y flagrantes donde yo creo que habría que intentar buscar algún tipo de medida, incluso ejemplarizante, que solucione alguno de los problemas que tiene nuestra costa. Cuando tenemos unas normas que hoy son unas, dentro de dos años se cambian, después se modifican, esto es complejo. Nosotros vamos a iniciar todos los pasos para crear la Agencia de Protección de la Legalidad Urbanística, que creemos que va a ser una herramienta muy importante que junto con los ayuntamientos nos va a permitir vigilar y sancionar los casos de infracción urbanística.
–En la reposición de la legalidad se me ocurren dos caminos. Cambiar la normativa para que el edificio ilegal deje de serlo, que es la fórmula habitual, y la otra es la dinamita… ¿Vamos a optar por la segunda?
–Yo no excluyo el uso de la dinamita; creo que hay algunos casos flagrantes donde además me parece que es bueno que el ciudadano perciba que hay algunas cosas por las que no podemos pasar. Si la solución es la demolición, porque eso incumple cualquier tipo de normativa, habrá que demoler.
–Cuantas expropiaciones tienen todavía sin pagar y cuándo lo van a resolver?
–Buena pregunta… Hay un volumen de expropiaciones que sí son un pequeño problema y que viene de bastante atrás, de antes del año 98. Esas son las que en este momento nos tienen más preocupados. Y nos podemos encontrar con bolsas importantes de expropiación que aquí en Galicia se centran en la autovía del Val Miñor. Hemos hablado con la Consellería de Economía para hacer un reconocimiento explícito de esa deuda y hacer un plan de saneamiento para pagarla lo antes posible.
–¿Qué van a a hacer para mejorar el transporte público?
–La estrategia inmediata es mejorar lo que tenemos, básicamente el transporte de autobuses. Un primer paso es hacer una revisión de las concesiones y la condición en que se prestan. Esto va a ser factible además porque en esta legislatura vencen muchas de las concesiones que ya existen, de manera que la renegociación de esas concesiones será más fácil y además todos estamos interesados, los usuarios y los concesionarios que tienen que cubrir servicios que no tiene ningún tráfico cuando el negocio está en otros sitios que quedan desatendidos por falta de operatividad de las líneas.
–¿Qué le parece la investigación abierta en torno al supuesto incumplimiento de la ley en la adjudicación del puerto exterior de A Coruña?
–Creo que hay que dejar que hablen otros en estos casos. A mí me parece que generar ruido sobre cuáles han sido las condiciones bajo las que los concursos se adjudican n o es lo más conveniente. En este caso, si existen indicios de que el proceso de adjudicación no ha sido el mas claro, no ha sido el mas correcto, lo que se debe hace es investigar y a mí me parece además la decisión correcta, investigarlo para tratar de determinar si realmente hubo algún comportamiento que no fuese el correcto o si por el contrario esto es una obra correctamente asignada. Con independencia de que el puerto exterior de A Coruña consuma muchos recursos públicos, y que por lo tanto parezca que hay que prestar más atención a este caso que a otros, creo que esto sería extensible a todas loas obras públicas. Hay que tener cuidado con las contrataciones y hay que mantener y respetar la legalidad en cualquier contexto.
–¿Cuándo y cómo van a acabar con el peaje de Rande y A Barcala?
–En ambos casos la problemática es un poquito diferente. En el caso de Rande existe una alternativa que se ha puesto encima de la mesa, que es crear una autovía alternativa al trazado de la autopista. Lo que queremos es que, además, esa autovía alternativa sirva como mecanismo para poder liberar de peaje el puente de Rande, que es lo que todos queremos. De hecho, el presidente del Gobierno hizo referencia, tanto para las Autopistas de Asturias como para la Autopista del Atlántico, a que se pondría en marcha alguna solución que permitiese rescatar la concesión en un periodo mas corto que el que actualmente tenemos, porque no nos olvidemos que la Autopista del Atlántico tiene un periodo concesional que va hasta el año 2048 y que los ingresos que obtiene la empresa cada año por la utilización de la autopista son tremendamente elevados. Rescatar la concesión es algo, en estos momentos, prácticamente imposible, pero estamos intentando dar pasos para negociar con la empresa alternativas que nos permitan que esa opción de tener Rande gratuito no tenga que esperar excesivamente.
–En A Barcala no quedaremos con el bonopeaje?
–En A Barcala llevamos unos años escuchando la necesidad de ampliar los carriles porque el tráfico de entrada es cada vez más denso... Vamos a ver, junto con Fomento, cual es la solución ideal. En principio lo que pensamos es en mantener el bonopeaje aunque no desmarcamos A Barcala de esa negociación que estamos intentando para Rande tanto con la concesionaria como con Fomento. Todo lo metemos en el mismo paquete.

José Luis Méndez Romeu: “Temos dificultades para cubrir os postos directivos”

© Tucho Valdés

Ao seu cargo ten algúns dos aspectos máis significativos do programa do novo Goberno: leis claves e proxectos emblemáticos como a nova policía autonómica de Galicia
Escoitándolle falar da herdanza que lles deixou o Goberno anterior, calquera diría que o van ter moi difícil para resolver os problemas que plantexa unha administración que suma arredor de 80.000 efectivos en emprego directo e bastantes miles como emprego indirecto.
–Temos, por exemplo, unha situación organizativa e salarial dos funcionarios manifestamente mellorable, dificultades para cubrir os postos directivos por ser unha estructura pouco competitiva con respecto a outras administracións, un número de persoas con contratos temporais e un conxunto de situacións de organización interna dos funcionarios que son protestadas a cotío polos propios sindicatos —con toda a razón— dado que non se corresponden cunha administración moderna. A carón disto temos problemas derivados de incorrectas contratacións, sobre todo das asistencias técnicas (hais un elevado número de empresas alleas á Administración que traballan dentro dela e que non sempre están suficientemente xustificadas) e temos tamén a evidencia de que a Administración, nos aspectos de infraestructuras, non está no nivel de modernización que debería. Por exemplo: dende o punto de vista da utilización da tecnoloxía informática, estamos moi pouco avanzados.
–Así que non lles vai chegar cunha lexislatura para arranxar a situación.
–A Administración é un monstruo difícil de cambiar. Nese sentido os cambios van a ser forzosamente lentos.
–Os socialistas pasaron anos denunciando a administración paralela. Cando van resolver esa situación?
–A Consellería de Economía está estudiando o problema do conxunto de empresas e organismos autónomos, que son arredor de medio centenar, para estudiar unha estratexia que ao longo do ano 2006 permita tomar decisións sobre datos e non só sobre xuízos apriorísticos. É evidente que as sociedades anónimas de titularidade pública teñen que ter un carácter de empresa e, se non o teñen (e o máis evidente é a súa conta de resultados), non se poden chamar empresas. Os organismos autónomos teñen distinto carácter: hainos estrictamente administrativos que buscan ter unha mayor axilidade, hainos de carácter autónomo en razón dos sectores aos que atenden... Todo este mundo cremos que ten que ser reordenado tanto dende o punto de vista xurídico como dende o punto de vista do emprego e de eficiencia. Ese ten que ser o obxectivo do primeiro ano de goberno.
–Cabe esperar unha reducción do número destas entidades?
–A censura que fixemos ata agora é polo excesivo número de organismos. Polo tanto, parece que calquera intento de racionalización debería producir un número menor.
–Pasou dun lado ao outro da mesa de negociación de transferencias. Que temos pendente?
–Realmente, competencias pendentes de transferencia a Galicia quedan moi poucas e case todas con carácter moi secundario. Quedan aspectos relacionados coa formación continua, co parque das illas atlánticas, co Instituo Social da Mariña, co seguro escolar e poucas cosas máis. E logo algunhas cuestións que se poden considerar de distinto xeito no momento en que son acordos entre admnistracións. Por exemplo, a xestión dos portos de interés do Estado, que neste momento xa teñen direccións nomeadas polo Goberno autonómico, donde probablemente se poden dar avances importantes con outro tipo de normativa.
–De verdade necesitan os cidadáns unha reforma do Estatuto de Autonomía?
–Esa é unha boa pregunta. E probablemente, se se fai unha enquisa na rúa os resultados de apoio non serían superiores aos que tivo o Estatuto vixente. A reforma é un debate exclusivamente da vida política. Os cambios que poida producir non van incidir directamente e con carácter inmediato nos cidadáns. Van millorar a articulación das decisións do Goberno galego coas do Goberno do Estado, poden mellorar algunhas liñas difusas no exercicio das competencias que hoxe existen e que os cidadáns si que ás veces sufren, e pode mellorar a capacidade do Goberno galego para tomar decisións axustadas ás necesidades do país. Nada disto vai significar nin o cambio radical que significou o Estatuto de 1980 con respecto á etapa anterior, do Estado centralista, nin un cambio apreciable nos poderes autonómicos de Galicia.
–Tan ameazada está a bandeira española que hai que facerlle homenaxes?
–Creo que o que se ten plantrexado por parte do alcalde da Coruña non é unha reacción frente a unha ameaza senon máis ben unha reafirmación duns valores comúns que son os que defende a Constitución de 1978 (por certo: a Constitución de máis longa vixencia na historia de España) e que son os da convivencia, do respeto mutuo e do pluralismo. E creo que o feito de que sexa o señor Vázquez o que o faga ten un significado engadido que é o recoñecemento dunha figura, dunha persoa de inequívoca traxectoria constitucionalista, de inequívoca defensa dese patrimonio común que significou a Constitución —o que alomenos debe merecer o respeto de todos os cidadáns demócratas—. Que haxa cidadáns que teñan unha idea diferente de cómo debe ser a convivencia non me parece motivo para unha manifestación violenta.
–É que hai quen pensa que o que de verdade está ameazado é a identidade galega da Coruña.
–Eu nunca notei que na Coruña houbese nunca un problema de falta de identidade galega. O que é cidadán coruñés síntese fondamente coruñés, absolutamente galego e inequívocamente español.E creo que teño certa experiencia como veciño desda cidade para falar no nome de moitas persoas.
–Haberá reforma electoral sen o PP?
–Eu creo que é convinte que a reforma da Lei Electoral, como en xeral as normas de carácter xeral, teña o máximo consenso posible, porque é o que garantiza que dure no tempo. A última reforma foi imposta unilateralmente polo Partido Popular e creo que foi un erro. Creo que ó final se chegará a un punto de acordo que faga posible modernizar unha norma que quedou anticuada nalgunhas das súas formulacións.
–Está claro no caso do voto emigrante, suficientemente debatido no que atinxe á representación por provincias pero, por que habería que modificala lei para variar a porcentaxe de voto que dá acceso ao Parlamento?
–Probablemente hoxe ese debate en Galicia sexa bastante teórico porque a cuarta forza en Galicia en termos electorais está moi lonxe non xa do cinco [por cento do voto emitido] senon mesmo do tres. E non parece que iso vaia cambiar no futuro. Eu creo que o debate se produce sobre a necesidade de manter un umbral que ten reducido a vida política galega a só tres forzas. Eso ten sen dúbida vantaxes pero ten tamén algúns inconvintes. É evidente que no momento actual só caben dous tipos de goberno posibles e que o arco parlamentario galego é reducido. Non é un problema que debamos considerar como prioritario pero aproveitando a reforma evidentemente todas as cuestións deben ser sometidas a debate. E ista é unha cuestión que, probablemente, se non a curto prazo si a medio, podería permitir que algún sector de cidadáns puidera atopar unha forma de representación política.
–Por que acabar coa inelixibilidade dos alcaldes?
–En realidade a pregunta sería por qué mantela, cal é a vantaxe de manter unha inelixibilidade que priva ao Parlamento do concurso de persoas con experiencia na xestión, con experiencia no liderazgo e que podería enriquecer o Parlamento, sen perxuízo de que houbese logo unha incompatibilidade de facto.
–O presidente tense amosado favorable á limitación de mandatos. Debería regularse nesa lei?
–Pódese regular ahí, pero o lugar ideal sería a lei da Xunta e do seu Presidente, que probablemente tamén deberá ser obxecto dunha modernización logo de vinte anos de vixencia. É un compromiso persoal expresado polo señor Touriño e que terá que ser transformado nalgún tipo de compromiso formal para que poida ter eficacia no futuro.
–Dependen da súa Consellería tres das leis nas que descansa a representación máis evidente do cambio: transparencia, subvencións e publicidade. Haberá algun gran proxecto lexislativo este ano, ademáis dos presupostos?
–Vamos a tratar de que a lei de transparencia esté no Parlamento este ano, no 2005, e as outras dúas a principios de 2006. O procedemento de elaboración das leis é moi lento, necesita moitos informes preceptivos. É difícil que de aquí a decembro teñamos a capacidade de levar proxectos de lei complexos que sen embargo estamos redactando, dende una lei de policía autonómica ata una lei de réxime local.
–Para cando os medios precisos para acabar co atasco xudicial?
–O atasco judicial é un concepto un tanto equívoco. Nós temos estatísticas de actividade de cada xulgado de Galicia —tamén as teñen os xuízes—. E eso pódese poñer en relación cos módulos que marca o Consello Xeral do Poder Xudicial e determinar se hai retraso ou mellora sobre as medias do Estado. O problema da xustiza non é só un problema de xulgados, é un problema de procedemento. Precisamente a reforma legal que impulsa o Ministerio de Xustiza para a sustitución do actual proceso de tramitación por un máis de acordo co século XXI debería servir para axilizar os tempos na vida xudicial. Aquí en Galicia estase a seguir un proceso de creación de novos xulgados, de novas unidades xudiciais que continuará en 2006 e que deberá situarnos pouco a pouco nas medias do Estado.
–Van impulsar a demanda do Parlamento de 2001 de que as autonomías elixan maxistrados do Constitucional e que o Superior de Xustiza sexa última instancia?
–O Goberno do Estado ten o compromiso de reformar o Tribunal Supremo para que quede como un órgano de casación e de unificación doctrinal e transferir moitos dos asuntos que hoxe deciden os Tribunais Superiores das comunidades autónomas. Polo que respecta ao proceso de participación no Tribunal Constitucional, temos un problema máis complexo, porque ten un número de maxistrados limitado e na súa constitución participan xa distintos poderes do Estado. Pódese establecer un sistema de coparticipación pero difícilmente poderíamos ter un sistema no que propuxesen máis organismos que prazas a cubrir. A reforma do Constitucional está vencellada indirectamente á reforma doutros órganos do Estado, por exemplo do Senado. E isto podería axudar a formar unha vontade común das comunidades autónomas máis que o establecemento de cuotas territoriais que sempre teñen algúns riscos engadidos.
–Falou no Parlamento da loita contra a contaminación acústica. Como acabar co botellón?
–Este problema foi obxecto dun debate moi vivo no último congreso de veciños en Lugo hai poucas semanas. Preocupa fondamente á federación galega de concellos e é un problema que nós queremos abordar con eles, delimitando un marco algo distinto do actual (hai un nivel de picaresca que non podemos esquecer) pero tamén creando unha conciencia social, porque o botellón, non o esquezamos, forma parte dunha determinada forma cultural, dunha forma de entender o ocio. Cambiar as costumes de ducias de milleiros de mozos non se fai polo Diario Oficial de Galicia. Faise a través de sensibilización, de pacto e dende logo con medidas paulatinas que fagan máis complicado, ou con outros custos, realizar actividades que alteran a vida normal dos cidadáns.
–Por que non serían mellores as comarcas que as provincias para ordenar o territorio?
–A pregunta sería a inversa: Por que terían que ser mellores? As provincias levan funcionando 160 anos en España e están bastante consolidadas na mentalidade dos cidadáns, porque son as unidades en que se artella a vida administrativa. Pasar desa estructura a unha distinta implica alomenos ter claro os custos e os servicios que se deben prestar e se se deben prestar en sustitución dos que fan as provincias ou ademais dos que fan as provincias. E isto non é unha discusión menor en termos de custos financieiros. O Goberno galego o que ten comprometido no seu programa é un modelo distinto non tanto de organización administrativa como de planificación do territorio baseado no recoñecemento das dúas grandes áreas metropolitanas (e probablemente non todo o mundo comparte cales son esas grandes áreas: o goberno fala de Vigo-Pontevedra e de Ferrol-Coruña) no recoñecemento das grandes áreas urbanas (en torno a Lugo, Ourense e Santiago) e na evidencia de que temos un número de cabeceiras comarcais e de distrito que funcionan de feito como lugares de referencia para as zonas rurais. O conxunto destes tres niveis debería de ser o marco de planificación de investimentos, de actuacións e de ordenación progresiva dos servizos da administración. Pero non deberíamos de pensar en crear novas estructuras administrativas que teñen un custo elevado.
–Vostede sostén que a Xunta restou autonomía aos concellos. En que?
–Nuha excesiva tutela, nun excesivo intervencionismo. O exemplo típico é a lexislación urbanística. Cada vez que se produce unha modificación no planeamento os expedientes son reiteradamente aprobados no concello e na Xunta. A experiencia destes anos demostra que esa sucesión e controis non introduciu melloras no resultado final. Pola contra, falamos do feísmo no marco dunha sociedade na que o urbanismo está absolutamente regulamentado. Polo tanto, parece que dar algo máis de autonomía e correlativamente máis responsabilidade ás administracións locais non debería ser negativo. E o mesmo poderiamos predicar dos servizos sociais de proximidade, das políticas relacionadas co ocio, dos poderes que deben ter os alcaldes para poder ser efectivos no cumprimento das ordenanzas. Creo que o desafío local en Galicia e en España é algo pendente dende hai moitos anos e deberíamos de, paseniñamente pero sen demora, dar pasos nesa dirección.
–Levamos moitos anos oíndo falar do pacto local e segue sen avanzar. Atrévese a poñer datas e contidos?
–Eu teño proposto á federación de concellos que o pacto local será antes de fin de ano ou non será. O pacto local, como o seu nome indica, é un acordo político, un documento que ten o valor que lle queiramos dar na vida política. Non son acordos administrativos ou financieiros. Polo tanto, o que compre facer é transformar ese pacto nun acordo administrativo e financieiro. E creo que no acordo financieiro teremos un fácil achegamento de posturas nos orzamentos de 2006 e que nalgúns dos aspectos que estaban presentes nesa proposta de pacto local poderemos chegar a acordos con dificultade. Noutros penso que non será posible un acordo e creo que antes de decembro deberemos de explicitar esto: aqueles asuntos nos que poda haber un acordo con efectos de 2006 e aqueles outros nos que non será posible chegar a un acordo por moitas voltas que lle demos no futuro. Poñerei un exemplo: podemos chegar a un acordo en aspectos financieiros, creo que podemos chegar a acordos en aspectos relacionados con algún servizo que prestan os concellos pero que son financiados directa ou indirectamente pola autonomía (como os servizos contraincendios) e creo que non será posible chegar a un acordo na sustitución dos concellos nas súas obrigas de mantenemento dos centros educativos. porque significa unha cifra no conxunto de Galicia elevadísima e porque para eses gastos recibían ata agora finaciamento do Estado os propios concellos. Por tanto, hai asuntos nos que o acordo é viable, outros nos que se producirá, pero tamén sabemos que nalgún non haberá acordo posible. Tamén o saben eles.

Monday, October 10, 2005

Anxo Quintana: “Vai ser difícil que Touriño e máis eu teñamos o mesmo concepto de nación"

© Víctor Echave


O vicepresidente do Goberno da Xunta non observa discrepancias importantes no seo do Executivo, pero non dubida en recoñecer o que lle separa dos socialistas tanto no que se refire ao concepto de nación como á financiación das autonomías. Anxo Quintana, dende as súas responsabilidades no equipo que dirixe Emilio Pérez Touriño, trata agora de facer realidade o ‘país novo’ que o BNG prometeu nas últimas eleccións


Anxo Quintana (Allariz, 1959), o máximo responsable do nacionalismo galego dende o ano 2003, ten asumido con soltura as súas novas responsabilidades na vicepresidencia da Xunta, tamén como o rostro máis visible da primeira experiencia do BNG no Goberno galego. E dá a impresión de levalo ben, aínda que ás veces trascendan máis as desavenencias co PSOE.
–A sensación que mellor define a nosa posición hoxe é a da ilusión. Creo que existe unha gran ilusión na cidadanía e unha grande expectativa respecto do que pode facer este Goberno. E nós compartimos esa ilusión. Para min non son noticias destacables as discrepancias que se podan ter producido porque sempre foron de matiz e, ademáis, creo que interesantes dentro dun Goberno plural.
–Touriño ten dito confiar en que tanto vostede coma el teñan a mesma idea de nación á hora de referirse a Galicia. Comparte esa esperanza?
–Vai ser difícil que teñamos o mesmo concepto de nación, pero penso que o que si podemos e debemos é traballar para que o que nós queremos para Galiza dende as nosas diferentes posicións se poda sintetizar nunha única posición arredor dun novo Estatuto. O que temos que conseguir, entre outras cousas, nesta lexislatura é romper con esa cultura da uniformidade que Fraga e o PP intentaron impor durante 16 anos. Agora o que toca é a cultura da diversidade.
–Dígalle aos cidadáns, que só entenden de cousas prácticas, de que lles vai servir que Galicia sexa nación.
–Por si só, para poucas cousas. Pero que Galicia teña o estatus de nación e que, polo tanto, teña un Estatuto de nación vai servir para que Galiza teña máis autogoberno e máis posibilidades de poder diseñar o noso futuro por nós mesmos. E canto máis autogoberno teñamos vai haber moitas máis posibilidades de acadar benestar para os cidadáns de Galiza.
–Máis ala do respeto que lle merece a vontade dos cataláns, que lle parece o seu proxecto de Estatuto?
–O texto é producto dun traballo conxunto de moito tempo —e demostrativo da vontade inequívoca de autogoberno da cidadanía de Cataluña— plasmado nese 90% dos seus representantes que votaron afirmativamente. Penso que é unha oportunidade e non un problema, e así o deberíamos de ver. E, ademáis dese respeto que nos merece, pensamos que vai ser unha oportunidade para que o Estado español se recoñeza a si mesmo e para que empecemos, sen dramatismos, a recoñecer que o Estado español está composto por varias nacións. Cataluña sen dubida é unha delas, e Galiza tamén.
–Logo, o BNG votará a favor.
–Nós imos seguir o noso criterio de apoiar o que os Parlamentos autonómicos aproben por maiorías democráticas. E moito máis se vén respaldado polo consenso que trae este Estatuto. Eso non quita que o traballo no Congreso dos Deputados sirva para facer aportacións que poidan mellorar o texto. En calquera caso, pensamos que ese debate, tamén no Congreso, ten que estar liderado polas forzas políticas catalanas.
–Non comparte entón as reservas amosadas polo presidente galego respecto das reivindicacións financieras do estatuto catalán.
Eu creo que en Galiza o que temos que facer no ámbito da financiación autonómica é diseñar a nosa propia proposta convencidos de que non hai autonomía política real sen autonomía financeira. E debemos aproveitar o deseño da nosa proposta para derrumbar esa idea da Galiza pobre que precisa necesariamente da caridade do Estado para subsistir. Temos que transmitirlle aos cidadáns a nosa disposición a responsabilizarnos do noso; sermos capaces como Goberno de xenerar recursos propios que financien o noso gasto. Esa é a auténtica autonomía política e para eso temos que pelexar dende Galiza. Eu creo que no concerto estatal Galiza non pode seguir sendo espectadora, non pode estar unicamente para opinar sobre os modelos que se propoñan dende outras partes. Nós temos que ter a nosa propia proposta, ser protagonistas na política estatal e con ela sentarnos nesa mesa multilateral que sen dubida se terá que conformar e alí discutir sobre o modelo global. Pero para eso temos que ter a nosa proposta e eu, dende logo, creo que é mellor centrar a atención en facela que en preocuparnos da dos demáis.
–Vai ser mellor esperar a que o PP teña novo líder para negociar?
–Eu creo que é necesario que antes de que remate o ano o Parlamento galego poña en marcha a ponencia de redacción do novo Estatuto. E creo que para ese traballo é necesario que o Partido Popular colabore. Ten que ser un traballo de todas as forzas políticas, cada un dende as súas posturas. E eu por eso espero que o PP abandone o tremendismo no que está metido porque por ese camiño non se vai a ningunha parte. Me preocupa máis o tremendismo no que está instalado o PP e ese desexo que se ve nalgúns dirixentes de seguir miméticamente a estratexia desa extrema dereita que controla ao Partido Popular en Madrid. Me preocupa moito máis eso que o proceso interno do PP en Galicia, para o cal desexo a mellor das solucións e o mellor dos éxitos.
–Esa estratexia é do PP ou de Fraga?
–Eu o que vexo é dirixentes do Partido Popular, non todo o Partido Popular. Dirixentes que parecen dispostos a seguir esa estratexia do PP de Madrid. A min eso non me parece o mellor dos camiños e espero que abandonen ese sendeiro para volver a recobrar sentido de país, sentido común e sentido do ridículo.
–Haberá ponencia aínda que o PP non quera sentar nela?
–Eu aspiro a que o PP participe. Creo que son todos os grupos parlamentarios os que deben ser protagonistas desa ponencia, que non debe estar monopolizada nin liderada por ninguna forza e por tanto tampouco polo Goberno. Espero que o PP, como o grupo máis numeroso, non só participe senon que colabore na súa creación.
–O pregunto porque xa en dúas ocasións ameazaron con non participar…
–Eu espero que as palabras de Fraga se deberan máis ao ardor dun debate que a unha reflexión profunda. e que no momento en que se constitúa esa ponencia o PP participe, porque ninguén entendería algo diferente.
–Boa parte da credibilidade do bipartito vaise xogar nos medios de comunicación, públicos e privados. E xa estamos a ver discrepancias na Crtvg...
¿Discrepancias?
–Sí, no caso da Radio Galega…
–Para min o máis importante é que se entenda que se acaban de facer uns nomeamentos transitorios. O único nomeamento que lle corresponde ao presidente é o do director da Radio Televisión de Galiza, que asume con carácter transitorio a dirección ata que o Parlamento aprobe a nova lei. Unha lei que este Goberno ten un compromiso de impulsar e que significará que o próximo director sexa eleito polo Parlamento por unha maioría cualificada. Un proxecto que vai intentar institucionalizar os medios públicos como medios ao servicio da información xeral para tódolos cidadáns e non como medios gubernamentais. Eso é o maís importante arrespecto dos medios públicos que este Goberno pode facer.
–E no caso dos privados?
–Eu son partidario de que a relación cos medios privados non sexa unha relación motivada pola información senon polo carácter empresarial. A relación do Goberno cos medios ten que ser a mesma que se pode manter con calquera outro tipo de empresa á que o Goberno, cun carácter estratéxico, pode axudar para a súa expansión, para a súa innovación ou para a creación e consolidación dun espacio galego de comunicación. Temos que abandonar as liñas de colaboración que teñen de por medio o condicionante da información para ir a liñas puramente empresariais ó mesmo nivel que as que se poden ter con calquera outro tipo de empresa.
–A anunciada reforma electoral beneficia a nacionalistas e socialistas…
–Penso que se ten feito unha lectura parcial das palabras do conselleiro de Presidencia. A reforma que pretendemos impulsar vai moito máis alá do reparto de escanos por provincias, cuestión que haberá que matizar no seu momento. Penso que o conselleiro de Presidencia fixo unha boa exposición ao respecto duna nova lei electoral ambiciosa e que intente resolver algúns temas pendentes, como é o voto emigrante ou como pode ser a dinámica das campañas electorais ou a representación dos cidadáns no Parlamento. Eu penso que eso é algo necesario e que teremos que facer buscando o consenso necesario de tódalas forzas porque esta é unha norma que nos atañe a todos.
–O Goberno central non parece disposto a aceptar o dominio territorial de Internet para Galicia. Van insistir nelo?
O importante é que Galiza teña o seu propio dominio en Internet e a Consellería de Industria ten iniciado xa os trámites para así facelo. Creo que as interferencias do Goberno do Estado neste caso nin veñen a conto nin serían explicables. Así o entendemos e así o estamos a facer porque penso que é unha demanda da sociedade e porque ademais é un novo símbolo da identificación nacional ó que non temos por que renunciar.
–Pero o modelo será só o de dominio lingüístico…
–Sí, o das tres letras.
–Cal é a súa relación con Beiras? É recuperable para a nova administración?
–A nosa relación é normal e eu diría que cordial. Hai ben poucos días tivemos a oportunidade de charlar novamente. Demostroume unha vez máis seguir tendo unha gran capacidade de análise arrespecto da actualidade. Sempre ten aseveracións que facer de sumo interese e que eu escoitei con sumo agrado. E dame a sensación de que o último interese de Xosé Manuel Beiras en este momento é participar de ningún tipo de administración, entre outras cousas porque el debe e pode prestarlle grandes servicios ao país e non lle fai falla facelo dende a administración, aínda que pode efectivamente xogar papeis importantes nos que poidamos aproveitar todo o seu capital político.
–No 2001 o BNG abriu una fonda reflexión sobre o seu retroceso electoral e mesmo fixo autocrítica polo ocorrido. Porque non se ten feito o mesmo en 2005, tendo un retroceso ainda máis grande?
–Autocríticas, as mínimas; polo menos as imprescindibles e as necesarias, porque se non pasarían de ser autocríticas a ser flaxelacións absurdas. O Bloque, efectivamente baixou —me parece que 20.000 votos— nestas últimas eleccións, pero conseguiu un obxectivo ata agora inalcanzable, como era colaborar na conformación dunha nova maioría, derrotar a maioría absoluta do PP e ter responsabilidades de Goberno. Penso que ben valen 20.000 votos. Eu penso que o Bloque ten moi ben analizado cal é a súa posición política no país. Ten ademais moi ben conceptualizado cales son as súas inmensas posibilidades no novo tempo político e dende logo vamos a aproveitar a nosa estancia no Goberno, primeiro para facer unha xestión eficaz e segundo para construir país, que é o noso gran reto no
Goberno.
–Que lle parecen as queixas do máximo responsable de Esquerda Nacionalista, quen pensa que a súa formación foi marxinada no novo executivo… –Teño que respetar todas as opinións. Calquera pode entender que o encadre das persoas a veces resulta complicado. É bó que todo o mundo pretenda participar pero a veces resulta difícil poder dar resposta a tódolos desexos. En todo caso, penso que o cadro final que queda é moi bo para o BNG e para o país e estou seguro ademáis de que o conxunto do BNG está hoxe moi ilusionado detrás do Goberno para aproveitar a oportunidade histórica que ten Galicia e que tamén ten o nacionalismo.
–Non teme que as contradiccións entre o PSdeG e o PSOE podan pasar factura ao Goberno?
–Téñoche que recoñecer que, a verdade e de momento, non vexo absolutamente ninguna tensión entre o PSdeG e o PSOE. E atrévome a decir máis: se houbera algunha de vez en cando tampouco pasaría nada e penso que mesmo sería perfectamente xustificable. En calquera caso, a miña intención non é provocar ningún tipo de tensión dentro do Partido Socialista, pero todos debemos ter a convicción de que defender os intereses de Galiza ás veces leva a marcar certas distancias con respecto a Madrid. O BNG é especialista nesa materia e eu penso que se nalgún caso o PSdeG fai o mesmo con respecto ao PSOE non só non pasará nada senón que mesmo será positivo.
–A lóxica política esixe unha moción de censura en Vigo?
–A miña lóxica será a que marquen os propios cidadáns de Vigo e as forzas políticas alí representadas.
–Custoulle moito estreitar a man do alcalde da Coruña?
–En absoluto. Eu son unha persoa cordial que sempre practica o respecto institucional. Esta vicepresidencia é a casa de todos os alcaldes de Galiza independentemente do seu color político.
–A pesar de ser unha das bestas negras do BNG?
–O nacionalismo galego non ten bestas negras, o que ten é unha idea de país na que cree firmemente e, polo tanto, se mostra terriblemente distante dalgunhas actitudes que parecen ás veces negar o propio país. Eu son partidario sempre da confrontación das ideas e nunca da confrontación das persoas.
–Vai ser comprensivo entón co incumplimento do topónimo da cidade?
–Non, como che dicía antes, nós temos unha idea de país, un respecto pola súa cultura e polo seu idioma e nese caso un respecto tamén pola legalidade. Polo tanto a nosa postura a ese respecto está clara e non admite interpretacións. Admitimos todas as opinións diferentes á nosa pero o que non podemos é compartir posicións que intenten negar a existencia de Galiza como país.
–Van insistir na necesidade de reformar a lei de Caixas de Aforros para garantir a súa contribución ao desenvolvemento do país?
–A nós nos parece que é importante traballar para que as Caixas teñan a súa propia dinámica, que por parte do Goberno non haxa unha continua labor intervencionista. Pero ao Goberno cábelle a responsabilidade de marcar criterios, definir obxectivos, e preparar escenarios. Nese sentido penso que é necesario que as Caixas fagan unha aposta decidida pola economía productiva, por apoiar a estruturación do empresariado galego que axude a conformación de conglomerados de raíz galega que interveñan de forma positiva na economía e que axuden a que Galiza gane posicións favorables en sectores estratéxicos. Eu penso que ese é o labor que teñen que facer as Caixas e creo que o Goberno da Xunta ten a responsabilidade de marcar eses obxectivos respectando a autonomía de funcionamento das propias Caixas de Aforros.